(AFP). El presidente colombiano, , llamó este martes desde Manila a acelerar el proceso de paz con la guerrilla comunista de las FARC, a las que pidió cumplir con la fecha tope para un acuerdo, el 23 de marzo próximo.

El mandatario afirmó en una conferencia de prensa que la fecha límite del 23 de marzo de 2016 "no fue una decisión unilateral, fue una decisión acordada con las ".

"Yo espero que las FARC cumplan con esa fecha, y por eso mi llamado es a que aceleremos las negociaciones", añadió.

Santos se encuentra en la capital filipina para atraer inversiones de la región y defender la candidatura de su país al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que celebra su cumbre anual el miércoles y jueves.

Santos se defendió enérgicamente de estar retrasando las negociaciones, al preguntarle una reportera acerca de una carta difundida en la prensa colombiana por el jefe máximo de la guerrilla, Timochenko, en la que éste acusa al gobierno de obstaculizar los avances.

"El propio Timochenko dijo en La Habana que si había voluntad política podríamos inclusive firmar mucho antes del 23 de marzo. Yo pienso lo mismo".

El presidente criticó que "lo que están proponiendo (las FARC) es una especie de juego a la estatua, es decir nos quedamos quietos. Eso no es posible en el caso colombiano en estas circunstancias. Lo que tenemos que hacer es avanzar".

"Necesitamos que se aceleren esas negociaciones", insistió, asegurando que del lado de su gobierno, hay "toda la voluntad y todo el interés de llegar lo más pronto posibe a unos acuerdos".

El mandatario estimó además que si se logra firmar la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la economía de su país crecerá entre un 1,5% y un 2% adicional cada año, y que habrá un boom del turismo.

Para mejorar las perspectivas de su país, el mandatario pide la adhesión a la APEC, en la que no entra ningún nuevo miembro desde 1998.

Según él, "todos los países (del foro) están interesados en que entre", y "la moratoria tiene que ver on otros países fuera de Colombia".

El gobierno de Santos y las FARC, surgidas de una insurrección campesina en 1964 y con unos 7.000 combatientes según cifras oficiales, buscan en las negociaciones de La Habana acabar con un enfrentamiento interno que desangra a Colombia desde hace más de cinco décadas.

El conflicto armado, en el que han participado guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, ha dejado al menos 220.000 muertos y unos seis millones de desplazados, según cifras oficiales.

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