La que se esperaba que fuese una reñida segunda vuelta presidencial en Argentina terminó definiéndose rápidamente por una gran ventaja y con la aceptación de derrota por parte de uno de los candidatos incluso antes de que las autoridades electorales difundieran los primeros resultados oficiales.
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El ministro de Economía peronista Sergio Massa se presentó ante sus seguidores pocos minutos después de las 8 p.m. del domingo 19 para admitir su derrota frente al candidato libertario Javier Milei.
Los resultados oficiales que comenzaron a publicarse poco después de las declaraciones de Massa le dieron finalmente una victoria al mandatario electo con el 55,69% de los votos frente al 44,30% del oficialista.
Milei, quien lleva apenas dos años de vida política, capitalizó una accidentada campaña que había dado su primera sorpresa durante las elecciones primarias de agosto, cuando fue el candidato más votado de las diferentes fuerzas políticas.
Pese a que la primera vuelta de los comicios generales fue para Massa, la oposición al peronismo terminó consolidando una oposición lo suficientemente fuerte para que se produzca un cambio de timón en la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre.
El Comercio conversó con Santiago Sautel, periodista, politólogo argentino y director de RealPolitik, sobre los resultados y el peso que tendrían en la nueva administración de Milei los aliados claves para su victoria: Mauricio Macri y Patricia Bullrich, líderes de Juntos por el Cambio.
—Nadie se esperaba una diferencia tan amplia entre los dos candidatos...
Sí, pero cuando uno analizaba los resultados de la primera vuelta se podía ver que era muy difícil que Massa ganara porque Milei quedaba ‘per se’ por arriba de los 50 puntos. Lo que a mí me llama más la atención es que todo esto pasó a pesar de una muy buena campaña de Massa, para mí fue casi impecable lo que hizo. Fue agresiva cuando lo tuvo que ser y conciliador cuando tocó también. Por eso algunos aspiraban a un triunfo de Massa o, en todo caso, a una derrota más ajustada.
—¿Cuál fue la clave detrás de la victoria de Milei?
Hubo un montón de idas y vueltas a lo largo de la campaña. Además, por momentos era muy difícil dividir qué era real y qué era versión. Muchos decían que la idea de Macri era barrer con las perspectivas de Milei para consagrarse como líder de la oposición. Evidentemente todos esos juicios terminaron siendo mentira. También se especulaba con que Macri no le daría apoyo territorial en la fiscalización a Milei, sobre todo porque la Unión Cívica Radical no apostaba a la candidatura del libertario. En resumen diría que fueron una sumatoria de cosas, el mensaje más claro es que la sociedad argentina se hartó y ha decidido por el cambio. Esa fue la principal dificultad para Massa, no podía mostrarse como el cambio siendo parte del gobierno. Eso lo llevó a mostrarse distanciado del gobierno de Alberto Fernández, lo que representaba Cristina Fernández y La Cámpora. De hecho cuando ganó en la primera vuelta se lo vio celebrando solo junto a la familia, ese fue un mensaje muy claro.
—Claro pero insuficiente.
No era un cambio lo suficientemente profundo como el que reclamaba la sociedad argentina. El hastío de la gente terminó siendo más profundo de lo que se esperaba. Y me parece que el punto determinante se dio en la provincia de Buenos Aires. Durante las últimas horas, los intendentes del Conurbano esperaban un resultado grotescamente a favor de Massa. Algunos llegaban a hablar de un 60-40 o de un 70-30 a favor del oficialista, pero evidentemente eso nunca fue real porque si hubiera sido así no se habría dado este resultado. La paridad que se vio en la provincia de Buenos Aires fue lo que terminó volcando la balanza. Lo llamativo, también, es que Massa durante el debate intentó sacar de la discusión a Cristina y a Macri. Cristina se alejó de la pelea, pero Macri no. Y eso también hace tan llamativo el resultado, porque fue favorable a Milei teniendo a Macri encima. Al final el resultado muestra que La Libertad Avanza manejó mejor la elección y fue certera la alianza con Macri.
—En su discurso aceptando la derrota, Massa dijo que desde el lunes 20 comenzará la transición y que para él es el fin de una etapa en su vida, ¿cómo lo interpreta usted?
Desde hace un tiempo se viene comentando que la idea de Massa, en caso de perder, era dar un paso al costado y hacer lo mismo que algunos allegados suyos; es decir, dedicarse a la actividad privada luego de haber ejercido varios cargos públicos. La verdad es que eso los ha convertido en empresarios monstruosos con una fuerte injerencia en la política. Entiendo que a eso es a lo que aspira él. La transición, por otro lado, no es un detalle menor. La victoria de Milei hace que se empiece a azuzar el fantasma de la dolarización, eso implica que la moneda argentina puede seguir depreciándose camino a ese proyecto. Para que la dolarización sea una realidad, el peso se debe depreciar todavía más. Habrá que ver cómo hace el gobierno para contener la moneda en un momento tan frágil, hasta ahora Massa había contenido la caída en medio de la incertidumbre de quién ganaría.
—¿Qué peso tendrá Juntos por el Cambio en el nuevo gobierno de Milei?
En Argentina, cuando alguien apadrina a un candidato y este gana, el candidato se lo come. Por lo menos ha sido la experiencia de los últimos gobiernos. Ahora acá se da un caso muy particular porque el candidato por sí mismo no tiene los cuadros para ejercer un gobierno con todo lo que eso implica. Milei ha demostrado que en su espacio político tiene cuadros bastante flojos en términos técnicos. Entonces, es bastante probable que se apoye en Juntos por el Cambio en áreas clave porque los necesita. Se verá una especie de gobierno de coalición.