La Paz [AFP]. Bolivia denunció este viernes haber frenado el ingreso funcionarios de la embajada de España, encapuchados y al parecer armados, a la legación de México, donde están asilados una decena de funcionarios del antiguo gobierno de Evo Morales.
La policía “frenó el ingreso de los vehículos (diplomáticos españoles) a las instalaciones, toda vez que la presencia de encapuchados representa una potencial amenaza” para la sede mexicana, afirmó la canciller Karen Longaric, aunque no confirmó si se trató de un plan de fuga.
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El incidente -dijo- se produjo este viernes en la mañana, cuando personal diplomático y otros personas con el rostro cubierto buscaron romper un cerco de seguridad de la policía boliviana en torno a la embajada de México, que les impidió el paso.
Longaric señaló que el “personal diplomático y de seguridad de la embajada de España en Bolivia no tiene autorización para portar armas de fuego, ni usar atuendos que oculten su identidad”, agregando que “estos actos contravienen las prácticas diplomáticas”.
Por tal motivo, denunció que España “abusa de los privilegios” diplomáticos que otorga la Convención de Viena y que por ello mandó una nota a su Ministerio de Relaciones Exteriores reclamando “por estos atropellos que afectan profundamente la dignidad y la soberanía del estado boliviano”.
Explicó que la nota boliviana de reclamo será enviada, además, a los embajadores acreditados en Bolivia, a las Naciones Unidas, a la Unión Europea y a la Organización de Estados Americanos.
En la embajada de México en La Paz se asilan una decena de exfuncionarios del gobierno de Morales, quien dimitió el 10 de noviembre tras una convulsión social que denunció un fraude en las elecciones generales de octubre que lo dieron como ganador para un cuarto gobierno, hasta el 2025.
Entre los asilados figuran los exministros de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y de Cultura, Wilma Alanoca, sobre quienes pesan órdenes de aprehensión por los cargos de “sedición y terrorismo”. También hay denuncias contra los otros asilados, a quienes el gobierno de la derechista Jeanine Áñez les negó salvoconductos.
Consultada si había un plan de fuga, diseñado por españoles y mexicanos, la canciller Longaric respondió que “estamos en un proceso de análisis”, pero manifestó su extrañeza por la presencia de encapuchados ibéricos.
“Sabremos dar la respuesta que corresponde en un caso de tamaña ofensa a la soberanía de Bolivia”, apuntó.