Buenos Aires [EFE]. El expresidente de Bolivia Evo Morales expresó este sábado su rechazo a la petición de la embajada de Estados Unidos en Argentina al Gobierno del peronista Alberto Fernández de que el boliviano “no abuse de su estatus” y la comparó con “tiempos del Plan Cóndor”.
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“La complicidad de Estados Unidos es tan evidente en el golpe de Estado en Bolivia que la embajada norteamericana en Argentina habla por los golpistas y pide al gobierno del presidente Alberto Fernández que limite mi refugio político, como en tiempos del Plan Cóndor”, expresó Morales en Twitter.
El exmandatario se refiere a la operación impulsada por los servicios de Inteligencia de las dictaduras del Cono Sur para secuestrar, torturar y exterminar a sus opositores con el conocimiento de Estados Unidos en las décadas de los setenta y ochenta.
La queja del boliviano, que llegó a Buenos Aires hace dos semanas y se encuentra tramitando su condición de refugiado tras verse presionado por las Fuerzas Armadas a renunciar a la Presidencia de su país el pasado 10 de noviembre, hacía referencia a una solicitud que hizo este viernes la embajada estadounidense en Argentina.
“Sobre el tema de Evo Morales, hacemos un llamado a la Argentina para que sea un buen vecino al apoyar la democracia boliviana y llamamos a la administración de Alberto Fernández a trabajar para garantizar que Morales no abuse de su estatus en Argentina”, explicaron a Efe fuentes diplomáticas.
Por su parte, Morales añadió en su Twitter: “El Gobierno de facto de (Yeanine) Áñez, (Luis) Camacho y (Carlos) Mesa no tiene ninguna autoridad ni moral para hablar de soberanía, cuando en este momento, Bolivia está gobernada por Estados Unidos. No respetan el derecho internacional que protege a todas las misiones diplomáticas acreditadas en el país”.
Presionado por las Fuerzas Armadas, entre disturbios en las calles y acusaciones de fraude por parte de la oposición, Morales dimitió el pasado 10 de noviembre tras publicarse un informe de la Organización de Estados Americanos que advertía de “graves irregularidades” en los comicios del 20 de octubre en los que fue declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
El político denunció un golpe de Estado para derrocarlo y viajó a México, donde permaneció asilado un mes.
Ya el 12 de diciembre, el exmandatario llegó a Buenos Aires, donde pidió ser refugiado y se reencontró con sus hijos, que viven aquí desde finales del pasado mes.
Aunque el político indígena aún aguarda que se concrete la confirmación de su solicitud, el Gobierno de Fernández -que considera que Morales sufrió un “golpe de Estado” y es un perseguido político en su país- ya adelantó que le concederá ese estatus, que le protege de cualquier petición de extradición.