"Quiero verlo antes de morirme y le voy a poner toda la fuerza". Las palabras son de Lorenzo Pepe, un miembro histórico del peronismo en Argentina, y de lo que habla es de un proyecto que comenzó hace muchos, muchos años.
Hacia 1985, poco más de una década de la muerte de Juan Domingo Perón, de la que este martes se conmemoran 40 años, un grupo de hombres de la vieja guardia del Partido Justicialista (el nombre que lleva la organización política que él fundó) decidió que sería buena idea erigir una estatua del expresidente en la ciudad de Buenos Aires, junto a la Casa Rosada, el palacio de gobierno.
"El peronismo se mueve mucho emocionalmente y por lo que ve. O sea, todo lo que ve lo entiende rápidamente. Lo que se le cuenta es más difícil. Se tiene que ver y, si es posible, tocar", le explica a BBC Mundo Pepe, exdiputado, exsindicalista ferroviario, actual secretario general del Instituto Nacional Juan Domingo Perón y uno de los hombres que dio impulso al proyecto.
Por gestión de Pepe y de otros políticos peronistas, como Antonio Cafiero, en octubre de 1986 el Congreso sancionó una ley con el fin de aprobar y promover el emplazamiento del monumento, realizado por un escultor argentino y financiado con fondos surgidos de donaciones populares, en la ciudad de Buenos Aires.
A partir de ahí, todo pareció conjurarse para que la que es casi sin discusión la figura política más influyente -por amor y por encono- de la Argentina de los últimos 70 años todavía no tenga un monumento de envergadura en la capital del país que gobernó en tres ocasiones.
HELICÓPTERO
Pasaron casi diez años para sortear una serie de barreras burocráticas legales y otros cinco para finalmente lograr determinar el lugar de emplazamiento de la obra, en el predio donde se encuentra el helipuerto presidencial.
En 2007 se organizó el concurso para elegir al escultor que realizaría la obra. Se presentaron más de una decena de proyectos; dos quedaron finalistas.
Uno de ellos, cuenta Pepe, era semejante al de las cabezas de los presidentes de Estados Unidos que hay en Mount Rushmore. Una roca de granito, con la mitad de la cara de Perón emergiendo de una serie de ondulaciones que representaban la bandera argentina. En opinión de Pepe, no se entendía bien qué era y como miembro del jurado insistió para que se eligiera al otro finalista, que terminó ganando.
La obra vencedora era del escultor Enrique Savio, quien como peronista no quería dejar pasar la oportunidad de retratar en bronce -literalmente- a su líder.
La imagen que presentó era de un Perón, cuenta Pepe, "levantando los brazos como queriendo abrazar a todos los que estábamos ahí para escucharlo. Y nosotros creíamos que en ese caso no había necesidad de explicar que era Perón, mientras que la piedra sí había que explicarla".
La obra de Savio muestra a un Perón de cuatro metros de alto que está de pie bajo un arco rectangular de once metros. El escultor estimó que tendría un costo de 2,5 millones de pesos (unos US$775.000 al cambio de la época).
Con la obra elegida, todo parecía empezar a encaminarse. Sin embargo, en octubre de 2008 las autoridades aeronáuticas plantearon dudas sobre la ubicación de la obra; temían que pudiera impedir la segura navegación del helicóptero presidencial.
Pepe cuenta que él mismo realizó gestiones para conseguir que se mantenga la ubicación elegida. Tuvo éxito, así que él y los otros miembros de Comisión Pro Monumento a Perón empezaron a soñar con que la obra podría concretarse en 2009 en una fecha clave para la liturgia peronista: el 17 de octubre ("Día de la Lealtad" peronista, en conmemoración de la movilización de cientos de miles que salió a las calles en 1945 a pedir la libertad de Perón, quien estaba detenido por el gobierno militar de entonces).
Llegaron, incluso, a colocar la piedra fundamental de la estructura. Pero la fecha llegó y pasó. Y se fijó una nueva: el 25 de mayo de 2010, día en que se celebró el bicentenario de la independencia argentina.
3,5 MILLONES DE AFILIADOS
Tampoco ocurrió entonces, porque no se lograba recaudar el dinero necesario. Por más que el peronismo es la fuerza política más fuerte del país y está en el poder desde el fin de la crisis que azotó Argentina entre fines de 2001 y comienzos de 2002, los fondos no terminaban de aparecer en la cuenta que la Secretaría de Cultura había abierto especialmente para financiar la estatua.
En diciembre de 2010 el entonces secretario de Cultura Jorge Coscia dijo que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner "no quería terminar el año sin cumplir un compromiso con Juan Domingo Perón, un hombre cuya luz y vida aún nos acompañan" y llamó al país a colaborar en la "colecta popular" para la construcción del monumento.
No alcanzó. No era algo que Pepe se esperaba: "Cuando comenzamos con esto yo dije un poco en solfa y un poco en serio que con un peso que cada trabajador pusiese teníamos el monumento costeado" (el partido justicialista tiene unos 3,5 millones de afiliados en un país de poco más de 40 millones de habitantes).
De hecho, hoy en día, reconoce el exsindicalista, "hay depósitos que no van más allá de los US$10.000" en la cuenta para el monumento.
A pesar de todo, no se resigna y asegura que quiere que el monumento se haga.
LA OTRA ESTATUA
"Todos los quieren hacer, pero no lo hacen", le dice a BBC Mundo Savio, el escultor.
Él se siente profundamente frustrado por tantos años de indefiniciones, tiempo, dedicación y gastos, principalmente de su parte. Asegura que tuvo que afrontar costos de materiales e incluso hacerse cargo de los sueldos de ayudantes, siempre con la esperanza de que la obra se concrete.
Para sumar a su desazón, es posible que dentro de poco quien visite Buenos Aires se encuentre cerca de la Casa de Gobierno con una gran estatua de Perón, pero no la suya.
Es que mientras el proyecto avalado por la ley nacional sigue sin avanzar, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó este año una ley para erigir su estatua de Perón, con fondos propios (el presupuesto es de 3 millones de pesos, unos US$370.000 al cambio de hoy), plazos concretos y a unos 300 metros de donde debería estar el monumento impulsado por los "viejos peronistas".
Ya eligieron el proyecto, que debería completarse en los próximos siete u ocho meses. Savio presentó uno, pero -para sumar a su pesar- quedó segundo. Ganó el del escultor Carlos Benavidez, una obra que se llama "Unidos Triunfaremos" (nombre tomado de un verso de la Marcha Peronista), en la que Perón aparece en una pose muy similar a la que tiene en la escultura de Savio, con los brazos en alto.
Matías Ranzini, quien está a cargo de la iniciativa de la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, le dijo a BBC Mundo que decidieron erigir su propia estatua como "un homenaje del pueblo de la Ciudad de Buenos Aires a Juan Domingo Perón, ya que a nivel nacional no se pudo hacer".
"Hoy la gente puede pasar por donde (ese monumento) tendría que estar emplazado y solamente está el helipuerto presidencial", indica.
"LA ÚNICA VERDAD..."
¿Por qué no se termina de concretar el proyecto de la estatua?
Hay quienes creen que para encontrar una explicación hay que retroceder 40 años en el tiempo.
"Puede decirse (...) que la muerte de Perón, el 1° de julio de 1974, ocurrió en las peores condiciones", dice Marcos Novaro en su libro "Historia de la Argentina 1955-2010".
Porque, sugiere el autor, "agravó inconteniblemente el vacío de poder, la pérdida de control sobre la economía y el choque de las fuerzas en pugna".
Entre esas fuerzas en pugna estaban esencialmente la izquierda y la derecha peronistas, cuya entente se había comenzado a romper poco tiempo antes y terminó de colapsar al morir su líder.
En esa ruptura interna del peronismo, y en su elusiva reconciliación, es donde algunos piensan que puede residir la imposibilidad de concretar algo tan aparentemente simple como un monumento.
Claro que no es posible decir a ciencia cierta cuánto hay de verdad en esto, pero como decía Perón -famoso también por sus célebres frases- ,"la única verdad es la realidad".
Y la realidad es que a 40 años de su muerte ninguno de los monumentos -ni el nacional ni el de la ciudad- está en pie.