Una pareja de jóvenes colombianos, que no supera los 25 años, decidió poner a rodar su deseo por un mejor porvenir.
Debido a los costos de un viaje en avión desde Lima a Cali, decidieron emprender un trayecto por carretera a lo largo de más de 2.600 kilómetros, en un viejo motocarro Piagio, de color rojo.
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Ellos son Fernando González y la caleña de nombre Beatriz Eugenia, quienes tienen allegados y conocidos en Cali.
La pareja lleva más de mes y medio viajando desde que partió de la capital peruana con su pequeña bebé y tres perritos en la parte trasera del vehículo, entre ropa, pequeñas mochilas, bolsas y otros paquetes.
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“Dios es el que nos ha traído, es el único que puede todo. Como dice su palabra. Basta la fe en un granito de mostaza para que todo se haga realidad. La fe en Dios es lo único que les digo”, son las palabras de Fernando en el video de uno de los samaritanos que él y su pareja conocieron en Pasto y se conmovió por su historia, difundiéndose desde el pasado 11 de octubre por Nariño Noticias, en redes sociales.
Es así que, de acuerdo con lo que relataron al samaritano en su camino desde Lima, habrían tenido que tomar hacia Chimbote, luego a Trujillo para seguir subiendo por las tierras peruanas, en dirección a Ecuador.
Las trochas y las carreteras del Perú, cuyos paisajes dejan ver extensas zonas desérticas junto a grandes nevados, imponen desafíos a cualquier conductor y mucho más en este viejo motocarro, de placa número B6 31 57, del Perú.
El mototaxi es uno de los transportes más utilizados por quienes se dedican a prestar el servicio público a la ciudadanía en el Perú.
En ese trayecto desde Lima habrían logrado Chiclayo para después arribar a Piura y de ahí a Loja. Días después a Cuenca.
No importa el paso lento del motocarro, a unos 40 kilómetros por hora.
No importa el cansancio. Lo que a esta pareja la ha fortalecido, de acuerdo con el sentimiento que dejan ver en el video, es que están juntos con su pequeña hija que permanece en el asiento del pasajero.
Fernando ni Beatriz Eugenia han desistido de su empeño, como se lo manifestaron al samaritano que conocieron y quien los catalogó de valientes por este titánico viaje en condiciones precarias.
No obstante, le aseguraron que Dios es su soporte para seguir avanzando. Fue así que llegaron a Quito y de ahí buscaron recorrer casi 340 kilómetros más hacia Pasto.
En ese recorrido habrían visto los más bellos amaneceres y atardeceres, a su paso a la altura de Otavalo, en Ecuador, con la mira de superar Tulcán, la ciudad del cementerio famoso por sus 309 esculturas hechas en ciprés en las ocho hectáreas de este camposanto, atractivo para turistas.
Pero no ha sido fácil porque, posiblemente, han padecido las inclemencias del calor y del frío con pocos recursos. Pero han contado con ayuda de personas que les han brindado su apoyo y algún dinero para seguir hacia su destino final trazado.
Hace más de tres semanas habrían logrado cruzar la frontera de Ecuador con Colombia, pasando por Ipiales y subiendo hasta Pasto.
Pero fue allí, en la capital nariñense, donde su viejo motocarro se varó.
Llegaron a la calle de Pasto donde está un taller con el nombre Rectimotos Peñafiel.
Allí, el samaritano que grabó el video es uno de los trabajadores del local, quien les dijo: “Ustedes han conmovido mi corazón, mirando esa valentía, ese arrojo que ustedes tienen. Veo que son unas personas muy valientes por atreverse a viajar en este motocarro. Don Fernando González, déjeme decirle que usted es una persona muy valiente”.
”Verá mi amigo, voy a colaborarle en lo que pueda (...) Yo creo que este pistoncito de acá (el daño) en nuestro medio es muy difícil de conseguir, pero bueno, vamos a hacer lo posible, no les voy a cobrar ni un peso, porque hay que ayudarle a la gente”, se escucha decir al vendedor de Pasto.
Esta persona insta a que los ciudadanos que a su paso se encuentren con esta pareja y su hija les ayude.
”Por favor, ellos tienen afán de llegar y miramos la clase de corazón que tienen las personas. Así que mis queridos amigos, si los ven, les presten la colaboración y la ayuda debida”, comentó en el video.
Hay parejas que en años pasados también han mostrado esa valentía de viajar por carretera, cubriendo grandes distancias, como los más de 2.600 kilómetros de Lima a Cali, pero en este caso, no lo hacen por la aventura o por conocer.
Es más por la crítica situación y su deseo de salir adelante como una familia, como lo muestra el video grabado de Beatriz Eugenia y Fernando con su pequeña bebé y sus tres perritos, en la parte trasera del motocarro.
Se esperaba que la pareja superara la falla mecánica del motocarro para seguir hacia Popayán y dar fin a toda esta valiente travesía en Cali, su mayor deseo.