A tres días de la llegada del Papa Francisco a , miles de ecuatorianos se manifestaron nuevamente a favor y en contra del presidente , quien alertó sobre la existencia de planes "golpistas" que fueron negados por la oposición.

Hacia el final de la jornada, se registraron enfrentamientos aislados entre opositores y policías en el centro de la capital, que dejaron algunos lesionados, según observó un equipo de la AFP. Los manifestantes intentaron romper un cerco de uniformados, que reaccionaron con escudos y bastones.

Acosado por protestas frecuentes que exigen su salida del poder desde el 8 de junio, en rechazo a sus políticas de corte socialista, Correa salió al balcón del palacio presidencial para agradecer el respaldo de sus seguidores tras denunciar una supuesta intentona golpista.

"Les agradezco mucho su solidaridad, su apoyo, y les pido disculpas a todos los ecuatorianos, (porque) deberíamos estar en un período de profunda serenidad, reflexión, esperando a su santidad el papa Francisco", sostuvo un animado Correa.

De forma simultánea, organizaciones opuestas al gobierno marcharon desde dos puntos de la capital hacia una plaza próxima a la sede de gobierno, en el centro de Quito. La protesta fue encabezada por sindicatos, indígenas y organizaciones políticas que se movilizaron ondeando banderas negras y al grito de "¡Fuera Correa, Fuera!".

La policía ubicó barreras de efectivos con escudos para impedir choques entre los bandos. 

"Dijimos al Ecuador y al mundo que íbamos a hacer una marcha pacífica y así lo cumplimos. ¡Cómo queda (demostrada) la mentira del gobierno que le dijo al mundo que íbamos a sabotear, que íbamos a botar al presidente!", declaró el líder sindical Mesías Tatamuez.

El miércoles, Correa alertó que el gobierno tenía "claros indicios" de que "golpistas" intentarían tomar el palacio presidencial y convocó a sus seguidores a "repletar" la Plaza de la Independencia, frente a la casa de gobierno.

Las autoridades, que no informaron sobre detenidos, divulgaron imágenes de policías agredidos, mientras por las redes sociales circularon fotos de supuestos manifestantes golpeados. Ningún organismo oficial suministró un balance de heridos.

Además de Quito, también se produjo una protesta en la provincia costera de Manabí (suroeste), aunque menos concurrida.

- Visita del papa sin alteraciones -

El nuevo pulso entre el gobierno y la dispersa oposición caldeó el ambiente en vísperas del aterrizaje del papa Francisco el domingo en Quito. El sumo pontífice estará en Ecuador hasta el miércoles antes de continuar su periplo por Bolivia y Paraguay.

La iglesia Católica descartó más temprano que las manifestaciones puedan alterar la visita del papa argentino, y llamó a las partes a manifestarse sin violencia.

"Creemos que la buena voluntad de todos y el deseo de todos, ambas partes (...), es el bien común. Por lo tanto, no creemos que vaya a darse la violencia y no creo que esto vaya a perjudicar la visita del santo padre", dijo a la prensa César Piechestein, portavoz de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE).

Un sector de los manifestantes contra Correa descartó este jueves la convocatoria de marchas durante la visita del máximo líder de los católicos.

"El papa será bienvenido al Ecuador y no habrá ninguna movilización los días que va a estar" aquí, sostuvo Tatamuez a la prensa.

En el poder desde 2007, Correa enfrenta las mayores protestas en rechazo a sus políticas y su estilo de gobierno, que sus opositores tildan de "prepotente".

Las movilizaciones tuvieron como detonante iniciativas para elevar impuestos a las herencias y a la plusvalía, pero devinieron en una crítica generalizada al gobierno. El mandatario ha vinculado las manifestaciones con una "conspiración en marcha" para sacarlo del poder.

Correa resolvió días atrás suspender temporalmente el trámite legislativo de los dos proyectos -que según él afectará a menos del 2% de la población-, para preservar el ambiente de paz durante la visita del papa.

"Pese a su agresividad, pese a la corrupción de sus medios de comunicación, a la desinformación, a la manipulación; con la determinación, concientización, movilización de nuestra gente fracasaran todos sus intentos golpistas", señaló el jefe de Estado.


Correa aguarda la aprobación de una enmienda constitucional para decidir si se presenta a un nuevo mandato en las elecciones de 2017. "Debemos estar atentos, esto continuará hasta el 2017, cuando los volvamos a derrotar. Por eso, lo que quieren es evitar esa elección porque saben que serán vencidos", indicó el mandatario.

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