Buenos Aires, EFE
Facha, un niño transexual de 10 años, cambió hoy de género en un registro civil argentino sin necesidad de una orden judicial, dijeron hoy a Efe fuentes de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT).
"Lo distintivo del caso es que es el primero que no hubo que judicializar", dijo el presidente de la FALGBT, Esteban Paulón, quien señaló que fue posible gracias al consentimiento de sus progenitores y a la presencia de un abogado especializado, requisitos que prevé para los menores de 18 años la Ley de identidad de género aprobada en Argentina en el 2012.
La nueva partida de nacimiento de Facha, como eligió llamarse, rectifica el nombre y el género femenino con el que fue inscrito al nacer y le reconoce como varón por ser el género con el que se autopercibió desde pequeño, según sus padres.
"La cigüeña se equivocó, soy un nene', me dijo un día al volver de las vacaciones. Fue la vez que lo puso en palabras. Lo acompañamos en este paso porque sabemos cómo sufría", dijo su madre, Bárbara, según declaraciones reproducidas por el diario Página 12.
Paulón destacó que la mayoría de peticiones de cambio de género en menores de edad ocurren en la adolescencia, cuando los cambios corporales y hormonales hacen más evidente que el niño o la niña "sienten que son otra persona, que su nombre no les pertenece y que quieren construir su vida con otro género".
Sin embargo, cree que en contextos familiares abiertos, como el de Facha, es más fácil que el deseo de cambiar de género aflore a una edad más temprana porque el niño o la niña siente que "puede compartir lo que le está pasando".
En su opinión, la visibilidad del caso de Facha puede llevar "a que otras familias se lo planteen como una posibilidad" y a que opten "por el acompañamiento en vez de tener una actitud hostil" ante situaciones semejantes.
Aún así, el presidente de la FALGBT admitió que por motivos sociales y culturales a los padres suele llevarles un tiempo entender y aceptar a sus hijos transexuales.
Doce meses atrás, Luana, una niña transexual que entonces tenía 6 años, logró también rectificar su nombre y género en la partida de nacimiento sin orden judicial, pero solo después de una intensa campaña de organizaciones de derechos humanos y del respaldo de las autoridades de la provincia de Buenos Aires, ya que en un primer momento el registro civil se negó a efectuar el cambio.