El presidente del partido ultraderechista Republicano, Arturo Squella, criticó este lunes los actos oficiales en memoria del 50 aniversario del golpe de Estado contra el gobierno democrático del presidente socialista Salvador Allende y acusó al actual mandatario, Gabriel Boric, de fomentar la división entre los chilenos.
En una declaración difundida a través de las redes sociales, Squella aseveró que “durante los 50 años que han transcurrido desde el 11 de septiembre de 1973, nunca un Presidente de la República se había esforzado tanto por desunir a nuestros compatriotas”.
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“El Presidente Boric y sus ministros han cuidado cada palabra para revivir la división entre chilenos o para sembrarla entre aquellos que ni siquiera existían 50 años atrás”, afirmó antes de señalar que “como siguiendo un guion totalitario, el Gobierno no ha escondido su idea de atropellar la libertad, pretendiendo establecer verdades oficiales, la ideología llega a tal punto que buscan condenar a quienes piensan distinto”.
“Sepa Presidente que eso no lo conseguirán jamás, gracias a la libertad recuperada en los últimos 50 años, los chilenos podemos elegir nuestra opinión sobre lo que fue el Gobierno de Allende o el de Pinochet, cada chileno tiene hoy la libertad de valorar genuinamente la intervención militar o de condenarla sí es que así lo estima”, agregó.
En esta misma línea, opinó que “cada chileno se ha formado su propio juicio sobre lo ocurrido, incluidas las violaciones a derechos fundamentales o la profunda transformación social, económica y política que salvó a Chile de la miseria”.
“El Gobierno hoy firma una declaración que en las palabras se compromete con la democracia y con el respeto a los Derechos Humanos, quién podría no estar de acuerdo. Pero las palabras no son suficientes, el afán de uniformar la mente de las personas sancionando a quienes piensan distinto, no sólo es violento, sino que compromete profundamente los valores democráticos”.
“El desafío democrático está precisamente en lo contrario, en cómo lograr que nos respetemos con nuestras diferencias de opinión y de juicios sobre hechos ocurridos 50 años atrás. Los chilenos somos libres para valorar los aciertos ocurridos en esa época y condenar lo malo, somos libres para empatizar con el dolor de las familias afectadas y al mismo tiempo de alegrarnos por quienes a partir de la libertad recuperada proyectar una vida que jamás habría sido posible bajo el tenor de una administración totalitaria”, concluyó.
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La derecha tradicional y la ultraderecha se desmarcaron este lunes y no acudieron a los actos oficiales en memoria de los 50 años del golpe en los que participaron varios presidentes latinoamericanos, líderes europeos, activistas de los derechos humanos locales e internacionales, artistas y familiares de las víctimas, con protagonismo especial para los detenidos desaparecidos.
Al igual que Republicanos, la Unión Democrática Independiente (UDI), partido de ultraderecha igualmente con representación parlamentaria fundado en los años ochenta por un asesor civil muy cercano a Pinochet, criticó los actos y emitió una declaración en la que aseguraba que fue necesario y responsabilizaba del mismo al presidente Allende y a la coalición Unidad Popular.
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