La imagen pretendió ser emblemática: decenas de hombres y mujeres vestidos con uniforme azul de la Fuerza Rural estatal y con fusiles nuevos juran cumplir y hacer cumplir las leyes de Michoacán, al occidente de México.
En el grupo de nuevos policías destaca un hombre barbado y con pelo largo, llamado Estanislao Beltrán. El reglamento de las policías mexicanas prohíbe a sus integrantes portar cabello largo o barba, pero el aspecto de 'Papá Pitufo', como se conoce al personaje, no es lo único singular en este cuerpo de guardias rurales.
Hasta hace unas semanas los ahora nuevos agentes de seguridad formaban parte de los grupos de autodefensas que aparecieron en el estado desde febrero de 2013, para combatir el acoso del cartel de narcotráfico conocido como Los Caballeros Templarios.
Técnicamente las autodefensas violaban las leyes mexicanas que prohíben a los civiles usar fusiles de asalto o cualquier otra arma de calibre elevado, pues se encuentran reservadas para el Ejército.
Pero durante meses los guardias comunitarios no sólo portaban estas armas sino que incluso acompañaron a militares y policías federales en la caza de jefes de Los Templarios.
Luego, el gobierno mexicano anunció que los grupos entregarían sus armas a más tardar el pasado 10 de mayo, pero en realidad las autodefensas sólo registraron sus pistolas, granadas, fusiles y bazucas ante la Secretaría de la Defensa Nacional... Y luego guardaron el arsenal en sus casas.
¿DESARME?
En términos reales no hubo un desarme, ni tampoco desaparecieron las autodefensas pues quienes las integraban se unieron a la Fuerza Rural. "Somos los mismos, pero con otro uniforme", dijo el doctor José Manuel Mireles, uno de los fundadores de estos grupos de guardias comunitarios.
Un artículo del diario capitalino Reforma define la nueva situación en Michoacán: "Legalizan y rearman a las autodefensas", señala el encabezado del texto, en referencia a que los comunitarios conservaron sus pertrechos y además recibieron otros fusiles de las autoridades.
Un riesgo que especialistas como Martín Barrón, del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe) ya habían advertido.
"Armar a estos grupos para que se defiendan de sus enemigos es peligroso porque hay muchos intereses", dice en conversación con BBC Mundo.
Y otros, como la diputada Aleida Alavez del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) piensan que en el fondo la estrategia es sólo mediática.
"Es una medida de desesperación, saben que hay muchos infiltrados, involucrados con el crimen organizado entre esas filas", advierte.
Pero el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, mira otro panorama.
"Hemos venido cumpliendo con compromisos, hoy Michoacán está en otras consideraciones y circunstancias, que no hemos terminado pero hemos avanzado", insiste.
"EL PULPO SIGUE VIVO"
El plazo para que las autodefensas de Michoacán registren sus armas ante el Ejército venció el pasado sábado 10 de mayo.
Hasta ese momento, según Alfredo Castillo, comisionado por la Seguridad en el estado, se anotaron más de 6.000 armas de distintos tipos, menos de las que realmente están en poder de los guardias comunitarios, según especialistas.
Y es que desde hace unos meses los líderes de los grupos han dicho que cuentan con miles de efectivos, casi todos armados lo que significa que podría haber muchos fusiles y pistolas que no fueron registradas ante las autoridades.
No es todo. El acuerdo es que a partir del 10 de mayo los integrantes de autodefensas no podrán mostrar sus armas propias en público, y quien lo haga será arrestado según advirtió el comisionado Castillo.
"Es un acuerdo y espero que se cumpla", dijo el presidente Enrique Peña Nieto.
Pero hay algunos grupos de autodefensas que se resisten a guardar sus fusiles y pistolas, por miedo a la represalia de Los Caballeros Templarios. Uno de ellos es el doctor Mireles.
"Todavía no hemos terminado de mocharle la cabeza al pulpo, está vivo, ¿cómo quieren que nos desarmemos?", dijo ante medios locales.
Hasta ahora no queda claro el destino de los grupos de autodefensas, ni tampoco si desaparecerán a partir de este momento.
Tampoco se sabe qué puede ocurrir con quienes dicen que no guardarán sus armas e insisten en portarlas en todo momento.
El secretario Osorio Chong insiste en que las autoridades retomarán el control de la seguridad de Michoacán pero sin las autodefensas.
"Los que van a trabajar junto con el Ejército o la policía estatal no van a llevar sus armas, sino las que dispone la ley", concluye.