Con una receta médica en la mano, Marlene Berroterán camina desorientada en medio de una protesta opositora en Caracas, capital de Venezuela, para exigir al Gobierno que permita el ingreso de medicinas donadas al país.
Los medicamentos que necesita, y no consigue en ninguna farmacia, no son para ella, sino para su hija de 36 años, en tratamiento por cáncer de cuello uterino.
"El gobierno debe acceder, que permita la ayuda humanitaria. Se están muriendo los pacientes en Venezuela", dijo este jueves la mujer de 61 años.
La escasez de medicinas y alimentos está sobre la mesa de un diálogo entre el gobierno y la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que busca resolver la grave crisis política y económica.
Al igual que Marlene, Nelson Álvarez, agente inmobiliario, salió a protestar. Llorando, casi sin poder hablar, resume su desesperación en una pregunta: "¿Te imaginas ver a tu hijo con convulsiones y no poder hacer nada?"
Álvarez explica que el joven de 29 años sufre del síndrome de Lennox Gastaut, una de las variantes más severas de la epilepsia.
"Le ocasiona retardo mental y más de 100 convulsiones diarias. Necesitamos cuatro medicinas y no conseguimos ni una. ¡Canal humanitario ya!", clamó el hombre en medio de unos dos centenares de manifestantes.
Venezuela enfrenta una aguda escasez de medicamentos que, según la privada Federación Farmacéutica, alcanza el 85%. El desabastecimiento se ha visto agravado por una drástica reducción de las importaciones a raíz de la caída de los precios del petróleo.
AYUDA INTERNACIONAL
Convocada por el partido Primero Justicia, la manifestación llegó hasta la Nunciatura Apostólica, donde sus participantes pegaron las prescripciones en una reja con la esperanza de que una mesa de diálogo entre gobierno y oposición brinde alguna respuesta.
El Vaticano auspicia las negociaciones junto con la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Durante la segunda ronda de conversaciones el pasado fin de semana, las partes acordaron "priorizar" medidas para el abastecimiento de medicinas y víveres, mediante su producción e importación.
Luisa Morales también caminó con su nieto de seis meses en brazos porque necesita medicinas para él y varios familiares.
"Tengo un hermano operado de un tumor en la cabeza, una sobrina con problemas de tiroides y para este bebé no consigo las vacunas. La Constitución nos garantiza salud y Nicolás Maduro la quita porque no quiere ayuda internacional", dijo.
El gobierno socialista niega que en Venezuela exista una "crisis humanitaria", como denuncia la MUD, y sostiene que ese argumento busca allanar el camino para un intervención militar de Estados Unidos.
A la marcha acudió además Félix Guerrero, de 82 años, pese a que le hicieron un cateterismo y no puede hacer grandes esfuerzos. Pero lo hizo confiado en que el diálogo permitirá que lleguen las medicinas. "Ojalá funcione", expresó.
Durante la protesta, dirigentes opositores se reunieron con el nuncio apostólico, Aldo Giordano, a quien le pidieron que el Vaticano interceda para que el gobierno acepte medicinas donadas por la organización católica Cáritas, según el diputado José Manuel Olivares.
"Pedimos que el secretario general de la OEA (Luis Almagro) canalice una ayuda de medicinas de sus Estados miembros. Que se establezca un fondo complementario con la Organización Mundial de la Salud para que lleguen medicamentos", añadió.
La oposición también solicitó que se acepte la donación de medicinas de venezolanos residentes en el exterior y propuso que países de la Unión Europea o cualquier otro lugar puedan "adoptar un hospital en Venezuela" para equiparlo apropiadamente.
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