El F-35, el avión militar más costoso del mundo, participó por primera vez en combate.
Lo hizo durante dos recientes operaciones del ejército de Israel.
El comandante de la Fuerza Aérea israelí Amikam Norkin dijo este martes que su país usó los cazas estadounidenses para realizar dos ataques diferentes en al menos dos ocasiones.
Israel se convierte así en el primer país del mundo en declarar haber usado la costosa aeronave, que también se conoce como Adir, su nombre en hebreo.
"El avión Adir ya está operando en misiones de vuelo", anunció el comandante Norkin.
Las declaraciones del militar se produjeron durante una conferencia de tres días en la que participan una veintena de jefes de Fuerzas Aéreas de todo el mundo y que tuvo lugar en Israel.
Norkin no dio más detalles sobre cuándo o dónde tuvieron lugar los ataques en los que participó la aeronave.
Norkin apoyó su presentación con imágenes del F-35 sobre Beirut, la capital del Líbano, y precisó que el avión no se usó en el último ataque en Siria.
Se cree que las fuerzas israelíes actúan contra grupos islamistas en Siria, Egipto y Sudán, de acuerdo con un informe de la agencia de noticias Reuters.
Según medios locales, Israel le pidió a Estados Unidos 50 aviones y ya ha recibido al menos nueve hasta la fecha. El resto serán entregados en cuotas de dos y tres hasta el año 2024.
"Un punto de inflexión"
Los envíos de cazas F-35 a Israel comenzaron a producirse en diciembre del 2016. Fue el primer país en adquirirlos. Un año más tarde, el avión fue declarado oficialmente operativo.
Los F-35 "fueron definidos como un punto de inflexión por el ejército israelí, no solo por sus capacidades ofensivas y sigilosas, sino por su capacidad de conectar sus sistemas con otras aeronaves y crear una red para compartir información", escribió el periodista Judah Ari Gross, especializado en cuestiones militares, en el diario The Times of Israel.
"Sus detractores, sin embargo, se oponen al alto costo de la aeronave, unos US$100 millones por unidad".
Judah Ari Gross también señala que los F-35 son operados por el escuadrón Golden Eagle, de la Base Aérea Nevatim, en el centro de Israel.
En su sitio web, Lockheed Martin, su fabricante, explica que el F-35 Lightning II (el nombre oficial completo de la aeronave) es un caza de quinta generación "que combina sigilo avanzado con velocidad de combate y agilidad, información de sensor completamente fisionada, operaciones de red habilitadas y sostenimiento avanzado".
La compañía añade que tres modelos del F-35 reemplazarán al A-10 y al F-16 para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, al F/A-18 para la Marina estadounidense, al F/A-18 y al AV-8B Harrier para el Cuerpo de Marines, y "una variedad de cazas para al menos diez países".
"El Lightning II es un avión de combate de un solo asiento y un solo motor diseñado para muchas misiones con sensores avanzados integrados en cada avión", continúa el fabricante.
"Las misiones que tradicionalmente suelen llevarse a cabo por un pequeño número de aeronaves especializadas -como inteligencia, vigilancia y reconocimiento, y misiones de ataque electrónico- ahora pueden ser ejecutadas por un escuadrón de F-35s, aportando nuevas capacidades a muchas fuerzas aliadas".
También asegura que el avión "fue diseñado para recapitalizar flotas de combate aliadas y contrarrestar las amenazas emergentes".
Junto con el F-22, la empresa asegura que es el avión de combate más avanzado y aunque el segundo es superior en misiones aire-aire, la capacidad del F-35 es mejor que la de cualquier otro avión militar.
La polémica
Cuando estaba en plena construcción, muchos aseguraban que el F-35 iba a ser "el avión del futuro" y que contaría con capacidades inigualables de ataque. Pero con los años y a medida que se retrasaba su lanzamiento, el entusiasmo se fue tornando en decepción.
Lockheed Martin dijo que era el programa de adquisición militar más grande del mundo.
Pero es también "uno de los aviones de combate que más retrasos ha sufrido y uno de los más problemáticos de la historia", según le contó a la BBC Justin Bronk, analista militar del Instituto Real de Servicios Unidos para Estudios de Defensa y Seguridad (RUSI, por sus siglas en ingles).
Y es que la aeronave estuvo más de 15 años en fase de desarrollo, sufrió varias fallas durante el proceso y el Pentágono estima que le costará a Estados Unidos más de US$1 billón no solo fabricarlo, sino mantenerlo operativo.
"(Las autoridades estadounidenses) van a hacer que funcione porque no tienen otra opción, no hay alternativa. Y gastarán todo el dinero que sea necesario para ello", vaticinó Bronk hace un tiempo.
El propio Donald Trump corroboró a finales de 2016 que el el costo del F-35 estaba "fuera de control", y dijo que reduciría los gastos en aviones de guerra durante su mandato (que asumiría un mes después).
Pero ya era tarde. Con ocho países implicados en el desarrollo del avión -Reino Unido, Italia, Canadá, Turquía y Holanda son algunos de ellos- y clientes de peso como Israel, que ordenó sus 50 unidades a US$100 millones cada una, ya no se podía cancelar o reducir el programa.
Japón y Corea del Sur también figuran entre los compradores, ambos con la mirada puesta en las tensiones con Corea del Norte.