El Cairo [AFP]. Decenas de civiles y combatientes han muerto en las últimas horas en el noroeste de Siria en el medio de la intensificación de la ofensiva militar que llevan adelante las tropas del presidente sirio, Bachar al Asad, con apoyo de Rusia, en esa zona del país, último reducto de la oposición.
Este lunes nueve personas, todas ellas pertenecientes a una misma familia, perdieron la vida en un ataque de las fuerzas gubernamentales contra una furgoneta en la que viajaban en el oeste de Alepo, según informó la Defensa Civil Siria, que desarrolla labores de rescate en las zonas que escapan al control del Gobierno.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), cerca de 400 mil personas se han visto desplazadas de Alepo e Idlib. (AFP).
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Según la Defensa Civil (los llamados Cascos Blancos), la familia estaba huyendo de la violencia que se ha intensificado notablemente en las poblaciones del oeste de Alepo y en Idlib, donde ayer, domingo, murieron 16 civiles y se produjeron 23 heridos, de acuerdo con la misma fuente.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de que otros tres civiles murieron hoy en esta zona, en ataques que atribuyó a la aviación rusa, que apoya a las tropas de Damasco. Paralelamente se han producido al menos 36 muertos entre soldados sirios y combatientes de las facciones armadas opositoras.
El observatorio señaló que se han producido "intensos" bombardeos y "violentos" combates en las pasadas horas, en uno de ellos también se produjo la muerte de cinco militares y un civil turcos en Idlib, según anunció hoy el Ministerio de Defensa de este país.
Ankara responsabilizó al Ejército sirio de la muerte de los seis turcos, que habían ido a apoyar a las tropas de este país que operan en la zona sin el beneplácito del Gobierno sirio y que reciben el apoyo de facciones rebeldes.
Sin embargo, según el Observatorio los fallecidos turcos son siete militares y un civil, que perdieron la vida en un ataque con misiles efectuado por las tropas sirias contra una posición turca en el este de la provincia de Idlib.
La situación se ha ido volviendo más violenta en las últimas horas en medio de un distanciamiento de Rusia, que apoya a las tropas de Al Asad y de Turquía, valedora de las facciones rebeldes y que mantienen el conflicto dentro de un marco de conversaciones.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, anunció hoy que su Ejército lleva a cabo una operación militar de castigo en la que, por ahora, han muerto o resultado heridos 35 soldados sirios, en Idlib, como represalia por la muerte de los militares turcos.
Desde la intensificación de los combates, el pasado 24 de enero, han muerto 312 uniformados y milicianos leales a Al Asad, por un lado, y 328 combatientes de facciones opositoras a Damasco, según el recuento del Observatorio.
Las fuerzas sirias y rusas lanzaron a finales de abril del año pasado una ofensiva no declarada sobre Idlib y algunas áreas de Hama, Alepo y Latakia, en el oeste y noroeste, que aún están en manos de las facciones opositoras, incluida la exfilial siria de Al Qaeda.
Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), cerca de 400.000 personas se han visto desplazadas en los últimos dos meses desde el sur de Idlib y oeste de Alepo.