La coalición árabe liderada por Riad desmintió este viernes haber bombardeado el casco antiguo de Saná, después de que un misil matara a cinco personas y destruyera varios edificios en esa zona, que es patrimonio mundial de la humanidad de la Unesco.
"No hemos llevado a cabo operaciones en la ciudad", declaró a la AFP el general Ahmed al Asiri, portavoz de la coalición. "Sabemos que esos lugares son muy importantes", añadió, insinuando que los rebeldes yemenitas podrían estar detrás del ataque.
La Unesco condenó por la mañana el bombardeo, el primero contra el casco histórico de Saná desde que la coalición lanzó una campaña aérea contra los rebeldes chiitas hutíes y sus aliados, el 26 de marzo.
La directora general de esta agencia de la ONU, Irina Bokova, dijo estar "profundamente afligida por las pérdidas de vidas humanas y los daños infligidos a una de las joyas más antiguas del urbanismo islámico en el mundo".
Un misil lanzado por un avión antes del amanecer cayó sin explotar en el barrio de Qasimi, situado en una zona que alberga miles de casas construidas hace siglos, según un periodista de la AFP y varios testigos.
El proyectil destruyó casas de tres plantas y mató a cinco personas, incluida una mujer y un niño, indicaron fuentes médicas y testigos.
El objetivo del ataque no resultaba claro, y los habitantes no se ponían de acuerdo sobre la presencia o no de rebeldes en una de las casas bombardeadas.
La capital yemenita, edificada en un valle entre montañas de 2.200 metros de altitud, fue un importante centro de difusión del islam en los siglos VII y VIII. Cuenta con 103 mezquitas, 14 baños árabes y unas 6.000 casas, incluidas torres o viviendas de adobe, construidas antes del siglo XI.
En mayo, la Unesco había alertado sobre "los graves daños" causado por bombardeos sobre Saná y había instado "a todas las partes" a dejar el patrimonio cultural al margen de los conflictos.
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