Caracas [EFE]. El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, recibió este martes una paliza por parte de una muchedumbre oficialista que lo esperó en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, que sirve a Caracas, cuando regresaba de una gira internacional de 23 días.
Apenas salió de la terminal aérea, cerca de 200 personas le dieron puñetazos y lo golpearon con objetos contundentes, también a su esposa Fabiana Rosales y a varios diputados opositores que lo reconocen como jefe del Parlamento y acudieron a recibirle.
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Varios periodistas también fueron agredidos y asaltados por el grupo de chavistas frente a decenas de agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada), que no impidieron estos actos.
El político de 36 años arribó a Venezuela sobre las 17.00 hora local (21.00 GMT) y fue recibido por varias decenas de diputados.
Minutos después de salir a la sala de llegadas, recibió los golpes durante varios minutos hasta que abandonó el lugar en medio de empujones en un vehículo robusto y gris.
“Venezuela: ya estamos en Caracas. Traigo el compromiso del mundo libre, dispuesto a ayudarnos a recuperar la democracia y la libertad. Empieza un nuevo momento que no admitirá retrocesos y que nos necesita a todos haciendo lo que nos toca hacer. Llegó el momento”, escribió en Twitter antes de salir del aeropuerto.
Guaidó salió de Venezuela el 19 de enero desafiando una prohibición del gobierno de Nicolás Maduro y llegó a Colombia, la primera parada de una gira por Suiza, Francia, Inglaterra, España, Canadá y Estados Unidos en busca de apoyo para conseguir una solución a la profunda crisis política y económica de la nación sudamericana.
El opositor tiene previsto pronunciarse en una plaza pública del este de Caracas sobre las 18.30 hora local (22.30 GMT).
EL CHAVISMO, PRESENTE
Cerca de un centenar de simpatizantes del chavismo, algunos identificados como trabajadores de la aerolínea estatal Conviasa, sancionada recientemente por el Gobierno de Donald Trump, se concentraron horas antes en la puerta de llegada de la terminal y gritaron consignas contra Guaidó.
Con frases “como Guaidó, fascista proimperialista” o “fuera la derecha, la patria se respeta”, los simpatizantes del presidente Nicolás Maduro abarrotaron los espacios de la terminal y hasta discutieron con los legisladores opositores a los que obligaron a abandonar la zona.
Algunos mostraron carteles donde podía leerse los mensajes “Guaidó, maldito jalabola (adulador) de los gringos” o “Guaidó, marico”, una palabra que en Venezuela se usa para referirse de forma despectiva a los homosexuales.
Los diputados, por su parte, confrontaron problemas para llegar a la terminal luego de que el autobús en el que se desplazaban fuera retenido por un cordón policial.
Varios de los legisladores decidieron luego caminar un largo trecho para llegar hasta el aeropuerto y mostrar así su apoyo a Guaidó.
Fabiana Rosales, esposa del político, indicó que miembros del “cuerpo diplomático acreditado” lo recibirán en el aeropuerto, como ocurrió en marzo de 2019.
Guaidó inició el 19 de enero una gira internacional que incluyó visitas a Bogotá, Londres, París, Bruselas, Madrid, Ottawa, Miami y Washington para estrechar relaciones con algunos de los más 50 países que lo han reconocido como jefe de la Asamblea Nacional y presidente interino de Venezuela. Su última aparición ante los medios fue el 5 de febrero, cuando se reunió con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca.
“Nos toca unirnos como nunca para continuar la lucha con movilización popular dentro y fuera de Venezuela”, afirmó el político en un video, llamando a sus seguidores a retomar las acciones en la calle contra Maduro, reducidas en los últimos meses debido a una creciente decepción de los venezolanos con la oposición.
En su discurso, Guaidó resaltó como uno de los logros de su gira que los países aliados están dispuestos a “aumentar la presión hasta el máximo nivel que haga falta”, pero no ofreció detalles.
El Tribunal Supremo de Justicia le prohibió el año pasado salir del país, tras un proceso que le inició la Fiscalía General por su supuesta participación en unos hechos violentos. Las autoridades abrieron el año pasado cinco procesos al jefe del Congreso y le retiraron la inmunidad parlamentaria.
Pese a la prohibición de salida, Guaidó viajó en febrero del año pasado de manera secreta a la ciudad colombiana de Cúcuta, cercana a la frontera con Venezuela, para participar en un concierto benéfico y promover el ingreso al país de varias toneladas de ayuda humanitaria que fueron bloqueadas por las fuerzas de seguridad. Tras la visita a Colombia, el político emprendió una gira por varios países de la región y retornó en marzo a Caracas en un vuelo comercial desde Panamá.
El jefe de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, ha asegurado que “no va a pasar nada” cuando vuelva Guaidó al país, mientras Maduro y otros dirigentes del gobierno han exigido abrir nuevos procesos contra el líder opositor.
Tras la difusión del video de Guaidó, Cabello dijo la noche del lunes, dirigiéndose a los opositores, que “les viene otra amarga decepción” y expresó en su cuenta de Twitter que “con el Chavismo no han podido ni podrán”. A pesar de las crecientes tensiones internas y externas que enfrentó el año pasado, Maduro logró superar la crisis gracias en parte al apoyo del alto mando militar.
A inicios de año el oficialismo elevó las presiones contra Guaidó y la mayoría opositora de la Asamblea Nacional al impedirle, con el apoyo de las fuerzas de seguridad, acceder al Palacio Legislativo, donde solo opera la Constituyente y una directiva paralela del Congreso que se juramentó el 5 de enero encabezada el diputado Luis Parra. Parra es un disidente del bloque opositor que fue expulsado en diciembre del partido Primero Justicia tras ser acusado de presuntos hechos de corrupción. Además, miembros de la policía política tomaron el mes pasado un piso donde había oficinas privadas de Guaidó.
Ante las limitaciones para entrar al Palacio Legislativo, durante las últimas cuatro semanas la mayoría opositora de la Asamblea Nacional ha celebrado sus sesiones semanales en diferentes plazas de la capital.