Caracas. El jefe de la Asamblea Nacional (Parlamento de mayoría opositora), Juan Guaidó, se autoproclamó como "presidente encargado de Venezuela" para buscar la salida del poder del mandatario Nicolás Maduro, ante una multitud de seguidores en Caracas.
"Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como el presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y tener elecciones libres", manifestó desde la tarima, con la mano levantada.
Tras la declaración, el presidente estadounidense Donald Trump anunció en un comunicado que reconocía oficialmente a Guaidó como el presidente interino de Venezuela.
Al explicar las razones que lo llevaron a asumir las competencias del Ejecutivo, Guaidó afirmó que lo hacía para lograr el "cese de la usurpación, un gobierno de transición y tener elecciones libres", y para recuperar la vigencia de la constitución, que la oposición asegura que ha sido vulnerada por el presidente Nicolás Maduro.
"No vamos a permitir que se desinfle este gran movimiento de esperanza y fuerza nacional", expresó el dirigente opositor de 35 años al asegurar que el movimiento que encabeza es "indetenible”.
También le dieron su beneplácito varios países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Colombia y Chile.
Pese al arrojo mostrado, Maduro define a Guaidó como "un muchacho jugando a la política" en el Legislativo, que lo declaró "usurpador de la presidencia" tras asumir su segundo mandato de seis años el 10 de enero.
Espigado y de corto cabello negro que empieza a pintar sus primeras canas, Guaidó, de 35 años, se convirtió el 5 de enero en el presidente más joven que haya tenido la Asamblea Nacional.
No era el hombre de los grandes discursos, pero le tocó ponerse a la cabeza de una oposición dividida, con sus principales dirigentes encarcelados, exiliados o inhabilitados.
Pero bajo su dirección el Congreso aprobó una "amnistía" a militares que desconozcan a Maduro, a quien llama "dictador" y cuya reelección tilda de fraude. Sin embargo, todas las decisiones del Legislativo son consideradas nulas por la Justicia, de línea oficialista.
"Una de sus principales virtudes es que entiende las distintas posturas y hace lo que está a su alcance para que sean una sola", comentó a AFP Juan Andrés Mejía, diputado de 32 años formado con Guaidó en el partido Voluntad Popular (VP), de Leopoldo López.
Con el paso de los días se le ve más seguro, sonríe en mítines y habla con mayor soltura.
Paralelamente, centenares de miles marchaban por las calles del país sudamericano mientras gritaban consignas contra el Estado, cargaban banderas nacionales en la espalda y pequeños tubos en las manos. “¡La patria no se vende!” era uno de los mensajes que los capitalinos repetían.
Las manifestaciones incluyen marchas y concentraciones y han logrado reunir a miles de personas en estados como Zulia (limítrofe con Colombia), Mérida, Trujillo, Lara (oeste), Aragua y Carabobo (norte).
Las movilizaciones iniciaron desde diferentes puntos de Caracas en un intento de la oposición por demostrar que recuperó su fuerza en las calles y que logró reagruparse para enfrentar al gobierno de Maduro en el inicio de su segundo sexenio. A su vez el presidente, agobiado por crecientes presiones internacionales, también llamó a movilizaciones similares en una nueva medición de fuerzas con sus contrincantes.
En algunos puntos del país, como en El Paraíso, en Caracas, los militares de la Guardia Nacional empezaron a reprimir a los opositores.
Vecinos de barrios populares como Petare también se dirigen hacia el punto de concentración de la oposición.
Cientos de chavistas también han marchado este miércoles en la capital venezolana en respaldo al presidente, hacia una tarima en la que está previsto que Maduro haga su primera aparición en un lugar abierto desde hace meses.
Aunque los canales de televisión no muestran imágenes de las manifestaciones opositoras, estas abundan en las redes sociales, algunas de ellas compartidas por dirigentes opositores.
Mientras tanto, el canal estatal VTV mantiene una transmisión ininterrumpida de los actos oficialistas en Caracas bajo el lema "pueblo en defensa de la paz y la democracia".
Desde el amanecer, la policía tomó algunas calles del centro y el este de la capital donde se realizan las marchas. Las principales autopistas y avenidas capitalinas amanecieron con escasa presencia de vehículos y transeúntes, y numerosos comercios no abrieron.
Pasado el mediodía, cientos de personas que marchaban rumbo al este se desviaron hacia calles aledañas porque la concentración opositora sobrepasó los espacios de la avenida Francisco de Miranda, la más amplia de la ciudad. Un grupo de opositores procedentes del suroeste de Caracas, en tanto, tomó un costado de la principal autopista para dirigirse al lugar de concentración antigubernamental en el este luego de que policías y agentes de la Guardia Nacional les cortaran el paso cerca del centro, donde el gobierno convocó a sus seguidores.
Bajo fuerte tensión tras el fugaz alzamiento de un grupo de militares que desató pequeñas protestas, oficialistas y opositores sostendrán su primer gran pulso en las calles luego de las manifestaciones que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio del 2017.
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Tomando impulso bajo el joven liderazgo del jefe del Parlamento de mayoría opositora, Juan Guaidó, la oposición busca superar sus fracturas y reanimar a sus seguidores, fijando una nueva hoja de ruta: "cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres".
"Tenemos una cita histórica con nuestro país (...) Vamos a cambiar Venezuela, a conquistar la democracia. ¡Este es el momento!", dijo Guaidó, al llamar a la población a manifestarse en todo el país.
En la otra acera, los chavistas, que también marcharán en varias ciudades, buscan dar un espaldarazo al cuestionado segundo mandato de seis años que inició Maduro el 10 de enero, considerado "ilegítimo" por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y varios países latinoamericanos.
La víspera, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, expresó abiertamente su apoyo a las protestas opositoras, tras lo que Maduro ordenó a la cancillería revisar los nexos diplomáticos con ese país.
"Lo que ha hecho el gobierno de Estados Unidos, a través del vicepresidente Mike Pence, de dar órdenes de ejecutar un golpe de Estado fascista (...) no tiene parangón en la historia de las relaciones bilaterales", reaccionó el mandatario socialista.
- "¡Esto no funciona!" -
Las manifestaciones ocurren en medio de la peor crisis en la historia moderna del país petrolero, que sufre escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019.
El colapso económico provocó el éxodo de 2,3 millones de personas desde 2015, según la ONU, el mayor movimiento migratorio en décadas en América Latina que ha dado lugar a brotes de xenofobia en países como Brasil, Colombia y Ecuador.
"Voy a marchar porque esto no funciona, no hay agua, no hay luz, no hay transporte, el dinero no alcanza. Nos engañan con una caja del Clap (alimentos subsidiados) para que estés como una oveja", declaró a AFP Carlos Muñoz, en Cotiza, barriada del norte de Caracas.
Yelitze Pariata, de 47 años y quien vive en una casa que le dio el gobierno en San Martín, centro de Caracas, dijo querer "marchar en paz para apoyar al presidente y demostrarle al mundo que el chavismo está unido".
En vísperas de las marchas, unas 30 pequeñas protestas y disturbios ocurrieron en Caracas y sus cercanías. La noche del martes en los populares barrios Catia y Petare, decenas salieron sonando cacerolas y gritando: "Que se vaya Nicolás". Tanquetas antimotines recorrían sectores de la capital.
El gobierno acusó a Pence de haber ordenado a los militares que se rebelaron el lunes entregar armas a activistas de Voluntad Popular -partido de Guaidó y del encarcelado líder Leopoldo López- para desatar el caos en las marchas.
"La violencia se la dejamos a otros. No caigamos en provocaciones", pidió Guaidó, cuyo llamado a movilizarse se extiende a los migrantes venezolanos en varios países.
- Los militares, la clave -
Los ánimos se caldearon el lunes cuando, en medio de llamados opositores a la Fuerza Armada para que desconozca a Maduro, 27 militares sublevados -y poco después detenidos-, robaron armas y se atrincheraron en un cuartel de Cotiza, llamando a los venezolanos a salir a las calles.
Según expertos en seguridad, el incidente evidenció el descontento en la Fuerza Armada, considerada el sostén de mandatario socialista.
Para Guaidó, quien se dice dispuesto a presidir un gobierno de transición, la sublevación militar muestra que los llamados a los militares están teniendo eco.
Aunque la justicia lo declaró en desacato y anula todas sus decisiones desde 2016, el Parlamento, que considera a Maduro "usurpador", aprobó el martes dar amnistía a los militares que colaboren con un gobierno de transición.
Si bien la Fuerza Armada dice estar unida, según la ONG Control Ciudadano unos 180 efectivos fueron detenidos en 2018 acusados de conspirar, unos 10.000 militares pidieron la baja desde 2015 y más de 4.000 desertaron de la Guardia Nacional en 2018.
La Organización de Estados Americanos (OEA), que declaró también la "ilegitimidad" del segundo gobierno de Maduro, analizará el jueves "los recientes acontecimientos en Venezuela".
Fuente: AFP / EFE / AP