Luis Llosa Urquidi

A raíz del anuncio de que seremos sede nuevamente de los en el 2027, han surgido voces críticas esgrimiendo una falacia: la inversión en los juegos impedirá que se hagan escuelas, carreteras u hospitales. No es así. El dinero que se invierte en los juegos retorna por diversas vías y se multiplica por tres o cuatro veces, con lo que se podrían construir más y mejores obras.

Es una falsa disyuntiva lo de Juegos Panamericanos o escuelas. Existe el dinero para mejorar o construir escuelas, no se hace por falta de eficiencia en el gasto, sobre todo a escala regional o porque no hay la voluntad política. Van por cuerdas separadas y es demagógico contraponerlos. En la realidad acabaríamos no haciendo los Juegos Panamericanos y nada garantiza que las escuelas o carreteras sí. Sería una oportunidad desperdiciada. Estaremos en vitrina ante muchos millones que siguen los Juegos Panamericanos y es una gran oportunidad de exposición para difundir todo lo que el Perú, no solo Lima, puede ofrecer.

A propósito de este tema, me he encontrado con los mismos argumentos en relación con los créditos fiscales (ojo: créditos, no excepciones tributarias) que se proponen para el cine nacional: la plata de los impuestos de las empresas no debe ir al cine o la cultura porque se dejan de hacer obras. Nuevamente, no se tiene en cuenta que se deja de percibir de manera directa un porcentaje de los impuestos, pero la inversión con ello multiplica luego los ingresos del Estado. Un estudio del BID realizado en Argentina, Brasil, Colombia y México muestra datos muy elocuentes: por cada US$10 invertidos en la industria audiovisual se generan entre US$6 y US$9 adicionales en el resto de las cadenas de valor. Por cada 100 personas empleadas en el rubro audiovisual, se generan adicionalmente entre 50 y 70 empleos en otros sectores de la actividad económica.

Al igual que para los Juegos Panamericanos, los créditos fiscales para el cine se tienen que ver como una inversión rentable y no como dinero malgastado. Es importante que el Mincetur sustente lo dicho por el ministro de Economía, José Arista, acerca de que los Juegos Panamericanos del 2027 generarán ingresos por US$2.000 millones. Por supuesto, más allá de lo económico por el impacto en turismo, generación de empleo y mayor cantidad de impuestos logrados por otras vías, se trata de un evento que, si lo realizamos tan bien o mejor que en el 2019, servirá para levantar nuestra alicaída autoestima y ponernos más bien como ejemplo de un país que puede hacer las cosas bien. Eso no solo atrae más turistas a todo el Perú, también más inversionistas y, ojalá, más unión entre los peruanos.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Luis Llosa Urquidi es cineasta