En la actualidad, se habla mucho sobre la minería informal e ilegal, pero hay ciertos aspectos que se dejan de lado al analizar qué implica su erradicación. El análisis de dos regiones de nuestro país, muy diferentes entre sí, nos permite darnos cuenta de cómo la política de destrucción que toma el gobierno trae serias consecuencias, y deberá ser rectificada.
Detengámonos primero en Madre de Dios. Es cierto que en esta zona existe una gran depredación. Solo en la zona minera hay unos sesenta kilómetros cuadrados completamente depredados. A esto hay que sumar la mucha mayor depredación que ha causado en la región la introducción de diversos cultivos como café, palma aceitera, cacao, y la explotación maderera.
Con una eficiencia nunca antes vista, el gobierno ha atacado el problema por “cielo, mar y tierra”. Si bien así lucha contra la ilegalidad, también afecta puestos de trabajo y destruye recursos de todos los peruanos. Agregaríamos el desperdicio que significa que se destruyan e incendien los equipos de excavación, que podrían haberse donado a comunidades andinas para la construcción de carreteras.
Para ganar perspectiva de lo que traería como consecuencia el éxito de la operación del gobierno, es necesario resaltar que Madre de Dios ha sido analizada y explorada para la instalación de grandes dragas por compañías canadienses, pero estas han determinado que los depósitos no son económicos. Es decir, el camino que en la práctica propone el gobierno es destruir la minería informal e ilegal y en su lugar no poner nada.
En Piura, por otro lado, la minería ilegal e informal tiene otras características. En el distrito de Las Lomas, el padre de familia sale al campo y encuentra una mancha de color rojizo diferente al granito claro de toda el área. De pronto empiezan una excavación inclinada que se llama “media barreta”.
Cuando la excavación es positiva, la familia contrata un ‘picapiedra’, que construye una media luna de roca a la que se le instala una viga larga y empieza la producción del metal que en un día malo extrae cinco gramos de oro a US$40 por gramo y si el día es bueno, se producen 15 gramos, es decir, US$600 para la familia.
¿Cuál será la opción si se llega a erradicar toda la minera informal e ilegal?
En las dos áreas que se mencionan, los geólogos han determinado que el valor económico no justifica operaciones mineras suficientes para su exploración.
La política de destrucción que sigue el gobierno para estos casos de pequeña minería es completamente equivocada. Es cierto que es necesario hacer respetar los parámetros ambientales, para así proteger el ambiente y la salud de todos los peruanos. Sin embargo, también es verdad que, además de las enormes mafias de comercialización, existen muchas familias que necesitarían, en lugar de ver sus fuentes de recursos destruidas, apoyo para usar los recursos dentro de la ley y tener así fuentes de trabajo.
Todo esto, claro está, cumpliendo las normas fiscales, laborales y del sector minero y obteniendo también las autorizaciones necesarias.