La primera reforma electoral ppkausa, por Diethell Columbus
La primera reforma electoral ppkausa, por Diethell Columbus
Diethell Columbus

A propósito de la iniciativa legislativa de reforma constitucional que presentó la bancada oficialista, resulta importante analizar algunos temas relacionados con la institución del distrito electoral uninominal, la renovación por mitades del Congreso de la República y la posibilidad de eliminar el ‘ballotage’ o la segunda vuelta en la elección presidencial.

Respecto al primer punto, debe tenerse presente que, al menos en teoría, el sistema uninominal tiene ciertas ventajas respecto del sistema actual. Por ejemplo, al tener un solo representante elegido por cada jurisdicción electoral, no solo mejoraría el nivel de coordinación entre la ciudadanía y su representante parlamentario (relación casi inexistente en la actualidad), sino que además implicaría la eliminación del tan criticado voto preferencial, toda vez que cada agrupación política solo podrá presentar a un candidato por jurisdicción y obtendrá el escaño parlamentario aquel partido que logre la mayor cantidad de votos. 

No obstante, esta propuesta tiene algunas complicaciones frente al sistema vigente en lo que se refiere a fijar los límites de las jurisdicciones electorales. Actualmente tenemos 26 distritos electorales que coinciden con la distribución geopolítica del país y cuentan con una población electoral determinada. Esta situación no ocurrirá si se implementa el sistema uninominal, toda vez que ello implicará delimitar artificialmente las 130 jurisdicciones propuestas, así como la distribución proporcional del total de ciudadanos registrados en el padrón electoral. Además, esto último también supone que cada vez que exista un incremento en el mencionado padrón, deberán redefinirse los límites imaginarios de los distritos uninominales.

Es cierto que nada nos garantiza que el sistema uninominal sea la solución a los problemas de representación que tenemos; sin embargo, es preferible arriesgarse con esta propuesta que seguir con un sistema deficiente o que, en el mejor de los casos, cumplió su ciclo. 

Ahora bien, ligada a la propuesta anterior, tenemos la supuesta renovación parcial y por mitades de nuestra representación nacional cada dos años y medio. Si revisamos con detenimiento la propuesta ppkausa, en realidad lo que se propone es que los congresistas sean elegidos por mitades en dos tiempos diferentes con un mandato inalterable de cinco años. Vale decir, no existiría una renovación en la práctica. Por otra parte, si lo que se pretende es que la ciudadanía evalúe y ejerza un control sobre el desempeño de “sus congresistas”, lo ideal sería que se habilite la posibilidad de revocar el mandato de aquellos que no cumplen con su labor adecuadamente. 

Sin perjuicio de lo anterior y tomando como referencia la experiencia de países como Argentina, Brasil, México o Estados Unidos, podríamos afirmar que lo que propone Peruanos por el Kambio, más que una renovación del Parlamento, busca que cada dos años y medio pueda existir un reacomodo en el correlato de fuerzas que cohabitan al interior del Poder Legislativo. Esto quizá en el afán de evitar que en el futuro una sola fuerza política pueda lograr una mayoría absoluta en el Congreso durante los cinco años de gestión parlamentaria.

En tercer lugar, la bancada oficialista ha propuesto que para la elección presidencial cada ciudadano pueda emitir simultáneamente dos votos. El primero para elegir a quien realmente se desea que gane la elección y, en el supuesto que este no obtenga la votación absoluta requerida en primera vuelta (50% + 1), el ciudadano pueda tener la oportunidad de apoyar una segunda candidatura y quizá esta sí logre obtener la mencionada mayoría. ¿Podemos darnos el lujo de tener un presidente que resulte elegido bajo el sistema de la ‘boliyapa’? Yo creo que no.

Finalmente, resulta sorpresivo leer que en el proyecto de ley oficialista se afirme que en el Perú vivimos un período de más de 30 años de continuidad democrática, olvidándose del autogolpe de 1992 y otras perlas de la década de 1990. Si la intención ppkausa es ablandar al fujimorismo frente a una posible censura al ministro Saavedra o por cualquier otro tema que requiera el apoyo naranja, creo que esto es demasiado.