"Para aquellos que interactúan regularmente con los trabajadores de la salud que dudan en vacunarse, hay mucho que podemos hacer como colegas". (Foto: Reuters)
"Para aquellos que interactúan regularmente con los trabajadores de la salud que dudan en vacunarse, hay mucho que podemos hacer como colegas". (Foto: Reuters)
Syra  Madad

A principios de marzo de 2021, las encuestas mostraron que casi la mitad de los trabajadores de atención médica de primera línea seguían sin vacunar, a pesar de que este grupo ha sido elegible para una vacuna COVID-19 desde diciembre de 2020.

Un trabajador de la salud no vacunado puede representar una amenaza real.

Los estudios también han demostrado que los proveedores de atención médica son algunas de las fuentes de información más confiables sobre las en el público en general. Si los de primera línea siguen sin estar convencidos y desprotegidos, es un obstáculo para que todos reciban la vacunación completa.

La baja confianza en las vacunas entre los trabajadores sanitarios se debe a las mismas preocupaciones que cualquier otra persona tiene sobre las vacunas. Una encuesta de marzo de 2021 de la Kaiser Family Foundation encontró que las principales razones de la renuencia dadas por los trabajadores de la salud incluyen preocupaciones sobre la novedad de las vacunas y sus posibles efectos secundarios, que son razones comunes para esperar a ser vacunados.

Es por eso que los enfoques voluntarios siguen siendo nuestra mejor estrategia en este momento. Los programas de incentivos como dar a las personas tiempo libre, dinero u obsequios también pueden ayudar. Otro enfoque es decirles a los trabajadores de la salud que deben vacunarse o aceptar hacerse las pruebas de rutina.

Para aquellos que interactúan regularmente con los trabajadores de la salud que dudan en vacunarse, hay mucho que podemos hacer como colegas. Simplemente haciendo preguntas como: “el año pasado ha sido muy difícil para todos nosotros. ¿Quieres hablar sobre tu experiencia y lo que piensas sobre la vacuna COVID-19?”

Un mito común que escucho entre los trabajadores de la salud en los hospitales donde trabajo es que debido a que muchos de ellos estaban infectados con COVID-19, no necesitan vacunarse. En esta situación, le hago saber a la gente que incluso aquellos que estaban infectados deben vacunarse, ya que la protección conferida por la infección es variable y puede disminuir con el tiempo. Las vacunas ofrecen una protección más duradera, confiable y mejor contra las variantes.

Estas no son conversaciones de una sola vez. El diálogo debe ser continuo y coherente. El hecho de que algunas personas digan que no quieren vacunarse ahora no significa que no lo harán más tarde. Y no estoy dispuesta a rendirme.


–Glosado y editado–

© The New York Times