Ana Valeria Herrera

Esta columna contiene spoilers de la tercera temporada de la serie “Succession”.

Este lunes la serie de HBO “” ganó cuatro Emmys, incluido . Trata de la lucha de poder entre Logan Roy, CEO de un conglomerado internacional de medios, y tres de sus hijos. Esta tragicomedia es perfecta para los fanáticos de Shakespeare, ya sea por las crudas traiciones o por su paralelo con el Rey Lear.

La tercera temporada cierra con Logan sacando a sus hijos de la compañía, Waystar Royco. “Gané”, les dice, “construyan su propia vida”. El problema es que les dice esto después de haberles prometido por años que la compañía sería suya. Kendall incluso preparó toda su vida profesional para el cargo de CEO. Y Shiv sí estaba construyendo su propia vida en la política, pero, tras asesorar a un candidato políticamente no alineado a Logan, él la arrastró a su juego, la manipuló y usó su género para maniobrar en la crisis de los cruceros, para luego desecharla. Asimismo, desechó a Roman después de usarlo para acercarse a Mattson, el CEO de GoJo.

El perfil de abusador de Logan es sumamente complejo: quiere que sus hijos actúen en su contra –que aprendan a ser “asesinos”–, pero se enfurece cuando lo hacen. Los desprecia cuando pierden, los sabotea cuando cree que pueden ganar y los manipula para que vuelvan al juego cuando se alejan. Es un ciclo abusivo: los hace dependientes. Como dijo la madre, Caroline, “te patea como a un perro para ver cuántas veces vuelves”. Recordemos que Logan ofrece a Kendall comprar sus acciones de la compañía, pero luego rescinde su oferta y le dice “¿y si quiero mantenerte cerca?”.

Él solo los quiere debajo de él, peleándose por el cargo, mientras los controla. Es claro que han sido manipulados toda su vida, sino ¿por qué no se van a vivir a una isla privada y disfrutan de sus millones fuera de esta letal lucha de poder? Su miseria es casi autoinfligida.

“Estás celoso de lo que le has dado a tus hijos y ahora les quieres quitar todo”, dijo Kendall en la primera temporada, un gran presagio a la tercera. Los hijos no son los más brillantes del mundo empresarial, pero hicieron algunas cosas bien: Kendall salvó a la empresa de una masiva deuda y la intentó modernizar y Shiv la salvó con un trato por los puestos de la junta directiva. Pero Logan se enfurece porque esas ideas no se le ocurrieron a él. Cada vez que la empresa está a punto de perderse, es culpa de Logan. De hecho, si él hubiera escuchado a Kendall sobre GoJo y la necesidad de modernizarse, o hubiera adoptado algunos de los valores liberales de Shiv, no hubiera sido superado por Mattson. Pero su narcisismo lo hace creerse invencible.

Este patriarca no les ha transmitido a sus hijos el espíritu de hacer algo por sí mismos, sino el juego sucio, la codicia y las puñaladas por la espalda. Se resiente con ellos sin darse cuenta de que él ha creado su lado oscuro.

Además, Logan tiene problemas de salud y 80 años, ¿no debería ya tener un plan de sucesión? Parece que no quiere asumir que es mortal. En la cuarta y última temporada, veremos qué será del futuro de Waystar Royco y de la familia Roy.

Ana Valeria Herrera es estudiante de posgrado en Literatura en George Washington University