A todos nos gustaría estar mejor. Tener más seguridad para nuestras familias, acceso a mejor salud y educación, ingresos más altos, más tiempo libre, etc. Para muchas familias vulnerables, estar mejor no es cuestión de comodidad; se trata de llevar una vida digna. Ahora, cuando pensamos en cómo mejorar nuestro nivel de vida, no solo nos fijamos en lo que nos falta actualmente, sino en la tendencia que hemos seguido. Si, a pesar de esfuerzos, llevamos estancados por varios años en el mismo sitio sin mejoras visibles –o, peor aún, retrocediendo–, algunos cambios profundos intentaremos. Si, por el contrario, a pesar de que aún tenemos carencias notamos que hemos logrado una mejora sostenida, será cuestión de afianzar el rumbo y caminar más rápido en la senda que conocemos.
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