Las coartadas desplegadas por los secuaces y asalariados de César Acuña desde que se destaparon los diversos plagios en los que este ha incurrido a lo largo de su vida dan para hacer una breve antología. Destacan entre ellas, por ejemplo, la observación de la vicepresidente Marisol Espinoza para demostrar que todo es “un cargamontón político”.
“¿Quién es Otoniel Alvarado?”, se ha preguntado ella a propósito del profesor jubilado de cuyo libro, “Política educativa”, se apropió el candidato de Alianza para el Progreso (APP). Y luego ha respondido: “Es aprista, así que de allí saquemos nuestras conclusiones”. Como si esa eventual militancia partidaria –negada ya por el propio Alvarado– cambiara en algo la circunstancia del plagio.
Por su parte, el secretario nacional del partido, Vladimir Paz de la Barra, en un afán de darle sustento a la recién estrenada tesis de la ‘coautoría’ de esa obra, ha sostenido que “no es necesario que un coautor escriba en una parte del libro”. Lo que equivale a decir que no es necesario que el coautor de una obra tenga algo que ver con la autoría de la obra misma.
El más llamativo de los descargos, sin embargo, es el que el publicista brasileño Luis Favre, asesor de campaña del postulante de APP, colgó el sábado en su cuenta de Twitter bajo la forma de un spot. En él se habla del fallecido activista por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, Martin Luther King, y se plantea implícitamente un paralelo entre él y Acuña, pues se relata que provino de orígenes humildes, logró labrarse una educación superior y salir adelante; y finalmente fue acusado –justificadamente– de plagio. Igual que Acuña.
En ese sentido, es particularmente sugestiva la sentencia que pronuncia una voz en ‘off’ casi al final del referido spot (que lleva por título “Piénselo bien”). “Plagiar es grave, pero la vida de un ser humano no se reduce a eso”, dice la voz. Y si trasladamos esa reflexión al caso de Acuña, lo primero que tendríamos que concluir es que resulta una admisión de que, en efecto, él ha plagiado.
Pero más allá de eso, la frase hace que uno se sienta tentado a revisar qué otros datos o episodios, aparte de los plagios denunciados, han caracterizado la vida pública y privada de este personaje. Y es allí donde encontramos perlas tales como el famoso video de “plata como cancha”, donde el hoy aspirante a la presidencia esboza un plan para, a través de la repartición de víveres a un aproximado de 10.000 familias, conseguir 50.000 votos de respaldo a su postulación a la Alcaldía de Trujillo. La fiscalía, entonces, lo denunció por el delito de inducción al voto.
Asimismo, en el 2010, para las elecciones municipales, APP recibió aportes de la Universidad César Vallejo (de propiedad de Acuña) mayores a los permitidos, por lo que la ONPE multó al partido con 2 millones de soles. No obstante, el uso de sus universidades para fines electorales no cesaría con el castigo impuesto, pues hasta hace poco paneles con el rostro del candidato estuvieron repartidos por el país, en una supuesta campaña de márketing para los diversos centros de estudios de su propiedad. Ante esto, como se recuerda, tuvo que actuar el Jurado Electoral Especial, solicitando el retiro de la publicidad infractora.
Se recuerda también cómo, durante una manifestación de su campaña para ser elegido gobernador regional de La Libertad, César Acuña amenazó a la población de Pataz con no repartirle el canon, que por ley les correspondía, si no le daban la victoria al candidato de su partido para la alcaldía del lugar.
Quizá las denuncias más serias, sin embargo, sean, por un lado, la de haber probadamente seducido y embarazado, en 1988, a una menor de edad que era alumna de la academia preuniversitaria que por esa época él poseía. Y, por otro, las de violencia familiar, planteadas por su ex esposa Rosa Núñez, la que ha llegado a afirmar que, en una ocasión, él la empujó por las escaleras.
Pensándolo bien, entonces, como el spot de Favre sugiere, debemos concluir que la vida del candidato de APP no se reduce efectivamente a los graves plagios en los que ha incurrido en todos estos años. Pero la verdad es que los otros trazos de su biografía que vienen a la mente cuando se hace un esfuerzo de memoria no mejoran su imagen en absoluto.