Holanda es algo así como el vestíbulo de los países europeos beligerantes. Es un territorio de tránsito por el cual hay que pasar para ir de un lado a otro de la guerra. Es asombroso ver todo lo que pasa a través de Holanda con destino misterioso. Pueden ser personas, noticias o mercancías. Todos los gobiernos en lucha tienen algo que transportar sin que los demás lo adviertan. Pero eso no basta: todas las potencias tienen, además, el máximo interés en que sus adversarios no pasen nada sin que ellos se enteren. Esta circunstancia ha traído como consecuencia que Holanda sea el paraíso de los espías y una especie de aduana del secreto. Allí todo es reservado.