Lima mantiene añejas tradiciones. Anoche un numeroso grupo de vecinos de los solares de la calle Las Carrozas enterraron a Ño Carnavalón. Con este propósito hicieron un muñeco al cual sentaron en una silla y llevándolo en hombros recorrieron las calles adyacentes pidiendo en todas las casas, chinganas y callejones, unas monedas para darle sepultura. En la comparsa iban un guitarrista y dos jóvenes que bailaban al compás de las canciones populares. Como es natural, “el entierro” dio ocasión al regocijo de cuantos presenciaban la cómica procesión carnavalesca.
H.L.M.