No obstante la pertinaz lluvia que ayer cayó sobre la ciudad, los aficionados de Lima y Callao madrugaron para dar la bienvenida a Juan Belmonte y García, el gran torero, amigo leal del Perú. Hubo carros eléctricos especiales, colmados de partidarios del diestro, que llegaron a nuestro primer puerto. Finalmente, entre la neblina, se distinguió la silueta del Urubamba en que venía Juan. Apenas desembarcó fue abordado por El Comercio. Nos recibió con afecto pidiéndonos que hiciéramos llegar su más cálido saludo a chalacos y limeños, pues aquí se siente “como en familia”. H.L.M.
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