Este aumentativo de gato no tiene una clara relación semántica con dicho felino doméstico. Gatazo designa en nuestra lengua familiar un golpe visual positivo que produce determinada persona cuya apariencia no siempre fue tan buena. Gatazo, antecedido de un posesivo y siempre en singular, puede usarse con los verbos pegar, tirar o dar. Véase este ejemplo de Rafo León en su libro La expulsión del Paraíso. Según la China Tudela: “Esta vez se puso los colores corporativos del JP Morgan y, la verdad, que tiraba su gatazo” (Lima 2006, p. 106).