En la lengua general, este obvio derivado de mosca tiene los usos transitivos de ‘causar desconfianza o enojo’ y ‘espantar las moscas’, y el pronominal de ‘sentir recelo o enojarse’. Pero en el castellano coloquial de gran parte de la América hispana, el Perú incluido, mosquearse, además, significa ‘llenarse de moscas un alimento’, ‘exhibirse una mercancía sin conseguir que se venda’, ‘aburrirse en el trabajo por falta de labores’. Ejemplo de esta última acepción: “… si no fuera por la Fundación Canevaro, estaría con los brazos cruzados mosqueándome…” (Caretas, Lima, 8/9/2011).