Este término híbrido resulta de la palabra castellana tradicional pala ‘azada’ y el sufijo nominalizador quechua -na, presente también en picana. En El mundo de Maquiavelo de Alan García se lee: “Volvieron corriendo, para que no los creyeran huaqueros, ladrones de restos. Podrían confundir las espadas con lampas de excavar, palanas” (Bogotá 1994, p. 130). Como derivados de palana, se documentan el verbo palanear y el adjetivo palanero, de obvios significados.