La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) para algunos muestra que las uniones supranacionales no funcionan y que, por tanto, el sueño de una América Latina unida en términos comerciales y sociales es inviable. Nosotros creemos que el ‘brexit’ (por Gran Bretaña ‘exit’, sale), más bien muestra que la viabilidad de una unión latinoamericana es cada vez mayor.
¿Por qué se forma la UE? Básicamente porque luego de la Segunda Guerra Mundial los países europeos entienden que por separado eran muy débiles para competir en el mundo. Por ello, dejando atrás sus guerras interminables, Alemania, Francia, Holanda, el Reino Unido y otros países se unieron para formar un mercado poderoso. Sabían que no era lo mismo una negociación entre Holanda y Japón que entre una Europa unida y el País de Sol Naciente.
Al comienzo funcionó bastante bien, pues todos eran países de economía fuerte, u ordenada, como España y Portugal. Pero luego ingresaron Grecia y varios países del Este, menos estables y generadores de una migración no deseada por algunos. Y como en las parejas que se casan por interés, la posibilidad de divorcio se agrandó cuando la economía empezó a fallar.
¿Pasaría igual en una unidad latinoamericana? Creemos que no, porque Europa es una región geográfica con pueblos distintos que decidieron unirse por motivos prácticos, mientras que América Latina es una gran familia que se dividió por razones políticas. A nosotros nos une la historia y la cultura, y podría muy fácilmente unirnos la economía. Lo encomiable es que la UE se ha mantenido a pesar de que solo los une esta última.
Así, mientras en la UE hay 22 idiomas oficiales, razas y economías muy diferentes, América Latina es la región más homogénea del mundo. Aquí somos 600 millones de personas (casi lo mismo que Europa), con el mismo idioma, las mismas raíces con mixtura ibérica, religión, historia (todos celebramos ahora dos siglos de independencia) y economías bastante similares. Sin duda, la distancia cultural, social y económica entre Chile y Bolivia es mucho menor que la de Alemania y Rumania. Más aun, si una empresa francesa debe hacer 22 etiquetas para vender en toda la UE, una peruana solo hará cambios mínimos para toda Latinoamérica.
En fin, el que a pesar de sus diferencias, en 70 años solo haya un ‘exit’ en la UE (roguemos por que no haya más), muestra que una unidad latinoamericana, con tantas semejanzas, es más que viable. Por eso en lugar de desilusionarnos con el ‘brexit’, aquí ciudadanos, empresas y gobiernos debemos impulsar más el ‘latin’. Para que Latinoamérica entre (‘in’) a una unidad continental que haga que peruanos, mexicanos, argentinos o chilenos, podamos un día ser, juntos, una verdadera potencia mundial.