Dándoles la espalda, por Fritz Du Bois
Dándoles la espalda, por Fritz Du Bois
Redacción EC

Dicen que los cubanos que llegaron a la Florida cuando se inició el régimen castrista tienen todos un dedo índice que es muy pequeño y que se les sigue encogiendo debido a que durante todo este tiempo están continuamente golpeándolo en la mesa diciendo: “Te aseguro que Fidel cae este año”.

En realidad la historia de nuestra región está plagada de líderes nada democráticos dispuestos a matar con tal de quedarse en el cargo y algunos desafortunadamente lo han logrado. Así que deben ser contados los latinoamericanos que no hayan sufrido, de una forma u otra, el abuso de sus gobernantes o la represión del Estado.

Es por esa razón que sentimos en carne propia lo que están sufriendo los venezolanos. bien podría ser Videla o Velasco, Pinochet o cualquiera de los Castro. Al igual que ellos, el chavismo está asesinando a sus opositores, en este caso jóvenes exigiendo un cambio. Así que todos, indignados, estamos presenciando las imágenes de un pueblo que está siendo brutalmente atropellado. Lamentablemente, esa indignación no alcanza a quienes nos están gobernando.

Es verdaderamente patético y un escándalo cómo tanto los gobiernos como las organizaciones regionales están apañando al régimen venezolano. Ya sea por conveniencia para seguir recibiendo el petróleo que durante años Chávez ha regalado o por afinidad ideológica, como es el caso de nuestro semioficialista Frente Amplio, o por simple desgano, el hecho innegable es que, lamentablemente, el mundo ‘oficial’ latinoamericano esté mirando hacia el otro lado.

Con lo cual ha quedado confirmada la inutilidad de organismos como la OEA, que se han convertido en burocráticos exilios dorados para políticos sin futuro con su electorado o para allegados oficialistas que tienen que ser recompensados. Mientras que Chávez, previendo que la presión internacional era lo único que lo podía desalojar, se las ingenió para crear organizaciones ad hoc que le servirían de guardaespaldas para evitar cualquier tipo de intervención. Para la y la el proteger al chavismo fue, sin duda alguna, la principal razón de su creación.

Así que  no se siente presionado y está reprimiendo duramente a los opositores. Asimismo está sacando del aire a los medios de comunicación que le están incomodando. Todo ello en completa libertad y aprovechando que ningún gobierno latinoamericano está protestando.

En nuestro caso el silencio es muy probable que tenga que ver con las cuentas por pagar que debe tener la pareja presidencial. Recordemos que nuestro actual mandatario recibió un fuerte apoyo de Caracas desde su primer intento como candidato, al mismo tiempo que su esposa estuvo empleada, muy bien remunerada , durante años como corresponsal de un diario chavista, pese a que nunca llegó a publicar algo.

De cualquier manera, todos los gobernantes sudamericanos están nuevamente contribuyendo a perpetuar un régimen autoritario. Más aun con dudosas credenciales electorales, las que nunca fueron debidamente auscultadas gracias a la complicidad de los presidentes que se reunieron en Lima en abril pasado para entregarle a Maduro su mandato al decidir –increíblemente– respaldarlo.

Por ello no nos quejemos si durante los próximos 55 años –como lo han hecho los Castro– el régimen chavista se dedica a complotar contra los tontos útiles que hoy lo están apoyando dándoles la espalda a los ciudadanos venezolanos.