Gustavo Rodríguez

Hace unos meses volví a ver la serie “The Wire” y me topé con una escena que en estos días se ha cargado para mí de mucho significado. En ella, el protagonista ha urdido una triquiñuela que debería estallar como noticia en su ciudad y sale a buscar un dispensador de diarios. Un hombre acaba de meter su moneda y extrae un ejemplar. El protagonista ataja la portezuela y aprovecha para sacar otro ejemplar para él. El hombre que sí pagó por el diario lo mira con desaprobación, pero el protagonista se aleja fresco, más atento a su travesura mayor que a la que acaba de perpetrar.

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