Víctor Zavaleta Gavidia, director de Epidemiología de la Diresa Cajamarca, dijo que la mayoría de infectados con dengue en esa región es población adulta. (Foto: Archivo El Comercio)
Víctor Zavaleta Gavidia, director de Epidemiología de la Diresa Cajamarca, dijo que la mayoría de infectados con dengue en esa región es población adulta. (Foto: Archivo El Comercio)

Los infectados por dengue en la región Cajamarca aumentaron a 221 en la semana 19, según el último reporte de la Dirección Regional de Salud (Diresa). Las provincias con mayor número de casos son Contumazá, Jaén y San Ignacio.

Víctor Zavaleta Gavidia, director de Epidemiología de la Diresa Cajamarca, dijo que los infectados con dengue corresponden a diversos grupos de edades, pero que la mayor incidencia se registra en adultos.

Los pacientes infectados, dijo, acudieron oportunamente a los establecimientos de salud y están fuera de peligro. No obstante, recomendó a la población, en caso presente síntomas de fiebre antes de los siete días, acudir inmediatamente a los centros hospitalarios.

“Nos preocupa la situación del dengue en la región, porque sigue lloviendo y la humedad en el aire es propicia para la reproducción del vector, lo que significa que seguirá causando problemas particularmente en el valle Jequetepeque y en Jaén, por ser un corredor comercial”, acotó.

Un equipo de especialistas del sector Salud recorre las provincias afectadas con el propósito de monitorear y controlar la enfermedad. También se incide en una mejor organización del servicio para brindar una atención de calidad a los pacientes, refirió el funcionario.

Además, la labor del personal de salud está enfocada en la identificación del vector y la vigilancia alcanza a las provincias de Cutervo, Chota, Santa Cruz, San Miguel y San Pablo.

El dengue es un mal viral que altera generalmente todo el sistema humano, y las personas que presentan problemas de morbilidad como diabetes, hipertensión, asma, dificultades respiratorias y hematológicas pueden mostrar signos de alarma.

Zavaleta recomendó que lo más importante en el trabajo preventivo es el ordenamiento del medio, es decir, eliminar los objetos en desuso como llantas, envases, botellas, etc., a fin de evitar que allí se acumule agua y, con ello, la proliferación del vector.

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