Las protestas registradas en diversas partes del país han originado que grupos de manifestantes cometan actos de vandalismo en agravio de la propiedad privada e instituciones públicas. Cerca de 30 locales de esta índole sufrieron daños de algún tipo.
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Entre las sedes más afectadas se hallan aeropuertos, el Poder Judicial, el Ministerio Público, dependencias policiales, empresas e infraestructura del transporte público. Gran parte de estas se ubican en las regiones del sur del país, como Arequipa, Cusco, Apurímac, Ayacucho y Puno.
De acuerdo con Aeropuertos Andinos, los terminales aéreos de Arequipa, Cusco y Juliaca sufrieron graves daños en sus cercos de seguridad, pistas, equipos de aeronavegación y luces. El costo total de reparación sería de US$ 1,7 millones.
Asimismo, Lima Airport Partners calcula que entre el 12 y el 18 de diciembre fueron suspendidos 620 vuelos entre los aeropuertos de Juliaca, Ayacucho, Trujillo, Arequipa y Cusco. Cerca de 59.000 pasajeros resultaron afectados.
En cuanto a las sedes fiscales y judiciales, estas fueron destrozadas con piedras y otros objetos contundentes. Las lunas y puertas terminaron rotas. Además, se les prendió fuego y fueron saqueadas.
Detalles de los ataques
En Apurímac, un grupo de vándalos atacó con piedras y prendió fuego a la sede del Ministerio Público, de Chincheros, así como a la comisaría del lugar. Un policía de esta dependencia fue tomado como rehén y llevado con golpes a la plaza del distrito de Uripa.
Por otro lado, cerca de 600 personas intentaron tomar la estación de energía eléctrica de Friaspata, en Huancavelica. La policía logró disuadir a la turba con gases lacrimógenos. Previamente, un grupo más numeroso había apedreado las sedes del Poder Judicial y del gobierno regional.
En el caso de Lima, durante la tarde un grupo de manifestantes atentó con palos y piedras la sede de la fiscalía, ubicada en la Av. Abancay. Tras ser dispersados por la policía, arremetieron nuevamente y se produjo un enfrentamiento.
Los ataques a medios también han sido una constante. Una turba atacó un vehículo de Exitosa durante manifestaciones en el Centro de Lima. La móvil quedó destruida.
Casi a la misma hora, otro grupo armado con piedras llegó hasta los exteriores de Panamericana Televisión a generar destrozos y hasta habrían amenazado con quemar el lugar. Lo mismo sucedió en la sede de América Televisión y Canal N, en Santa Beatriz.
En Arequipa, manifestantes atacaron con piedras y palos las sedes del Ministerio Público y el Poder Judicial en la provincia de Camaná. Los locales fueron saqueados y luego incendiados.
Similar situación vivieron las empresas Danper, Laive y Coca-Cola en Caylloma, una sede del Banco de Crédito (BCP), una agencia de Claro, restaurantes, tiendas y distintos comercios de la Ciudad Blanca.
En Cusco, cerca de 100 personas forzaron los accesos y tomaron la planta compresora de gas natural Kámani, en el distrito de Kumpirushiato, provincia de La Convención, de propiedad de Transportadora de Gas del Perú (TGP), con el fin de paralizar las operaciones.
Asimismo, manifestantes destrozaron y prendieron fuego a un peaje en el kilómetro 1054 de la Panamericana Sur, en el distrito de Cusipata, provincia de Quispicanchi.
La ola de violencia también alcanzó a la provincia de Paucartambo, luego de que manifestantes quemaran las instalaciones de la fiscalía.
Toda esta situación derivó en la suspensión de las operaciones en los aeropuertos Alejandro Velasco Astete (Cusco) y Alfredo Rodríguez Ballón (Arequipa), al igual que la red ferroviaria hacia destinos como Machu Picchu. Actualmente ambos aeropuertos ya reiniciaron operaciones.
En Apurímac, encapuchados ingresaron y trataron de incendiar la sede de la Corte Suprema de Justicia, en Abancay. Simultáneamente, otros grupos hicieron lo mismo en la sede del Poder Judicial y del gobierno regional.
En Huancavelica, individuos atacaron la sede del Poder Judicial, mientras que otros incendiaron la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones En el caso de Madre de Dios, desconocidos quemaron uno de los locales de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria en la localidad de Mazuko.
Ayacucho fue una de las regiones donde se concentraron en mayor medida los actos de violencia. Un grupo de vándalos intentó tomar el aeropuerto Alfredo Mendívil Duarte, y se desató un enfrentamiento con la policía adentro y en las inmediaciones del terminal aéreo. Asimismo, otra turba prendió fuego a una sede de la fiscalía.