Aún no se tiene plenamente identificado a todos los activistas de Greenpeace que ingresaron sin permiso y dañaron la zona arqueológica de las líneas de Nasca la madrugada de pasado lunes. En consecuencia, no tienen impedimento para salir del país.
En breve diálogo con la fiscal que investiga los hechos, Patricia Begazo, se conoció que su despacho solo maneja la identidad plena de uno de los extranjeros. No reveló de quién se trata, pero dijo que contra él se están haciendo los requerimientos de ley ante un juzgado de investigación preparatoria.
No obstante, fuentes allegadas a la investigación revelaron que Reuters Herber (Colombia), Iris Wiedmann (Alemania) y los argentinos Rodrigo Aho y Mauro Fernández también son parte de las indagaciones fiscales. Este último sindicado como el autor intelectual del atentado a este monumento que es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Los cuatro sobrevolaron el sitio arqueológico para captar el mensaje ambientalista colocado junto al mundialmente conocido geoglifo del Colibrí.
Las dos versiones contrastan con la que maneja el Ministerio de Cultura, que señala que son seis personas reconocidas. Lo concreto es que solo cuando todos sean identificados se pedirá el impedimento de salida del país, si todavía no se han ido del Perú. “Estamos avanzando en esos requerimientos. Al momento de determinar el grado de responsabilidad, es muy probable que pidamos la prisión preventiva”, dijo Begazo.
“TENEMOS VUELOS PROGRAMADOS”
El Comercio habló con Aida Vila, coordinadora de la Campaña contra el Cambio Climático de Greenpeace. Ella reiteró que en 43 años su institución nunca dejó de asumir su responsabilidad y que cooperarán con las autoridades peruanas para esclarecer los hechos.
No obstante, cuando se le preguntó si los involucrados dejarían el país, ella dijo: “Tenemos vuelos programados para volver a casa. La gente se desplazará con normalidad si no hay ningún impedimento para salir. Si hay alguna restricción, la cumpliremos”.
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