Especialistas consultados descartan una segunda ola; pero aseguran que el repunte de casos y saturación de UCI está relacionado con el relajamiento de las medidas sanitarias y de distanciamiento social (Foto: Diresa Loreto)
Especialistas consultados descartan una segunda ola; pero aseguran que el repunte de casos y saturación de UCI está relacionado con el relajamiento de las medidas sanitarias y de distanciamiento social (Foto: Diresa Loreto)
Jorge Falen

El súbito aumento de casos graves de registrado en los últimos días en ha generado preocupación entre las autoridades sanitarias de la región.

Según el director regional de Salud de Loreto, Carlos Calampa, hasta ayer nueve estaban ocupadas por pacientes graves de y solo quedan dos ventiladores disponibles para atender este y otros males.

“Los 11 ventiladores operativos del hospital de Essalud ya están ocupados, cinco por coronavirus y seis por otras enfermedades. En el Regional de Loreto, solo nueve de sus 17 ventiladores funcionan y están ocupados, cuatro con COVID-19 y cinco con otras patologías. El Gobierno nos prometió diez ventiladores más, pero no sabemos cuándo llegarán”, explicó.

Según cifras de la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud), la demanda de UCI para COVID-19 empezó a aumentar desde el 10 de diciembre, luego de haber pasado casi tres semanas desocupadas por completo.

La mayor incidencia del virus también se apreciaría en la positividad de pruebas moleculares –que miden la presencia activa del virus– calculada por el Instituto Nacional de Salud (INS). Pese a que se realizaron menos test respecto a meses anteriores, este indicador aumentó de 3% a casi 20% en diciembre.

Sin embargo, su valor no llega a los picos observados durante la expansión máxima de la enfermedad en mayo del 2020, los cuales alcanzaron el 65%.

(Elaboración: EC)
(Elaboración: EC)

Factores detrás

¿Qué explica el aumento en esta región, que en julio registró un 71% de seroprevalencia y posiblemente había alcanzado la inmunidad de rebaño? Juan Carlos Celis, médico infectólogo del Hospital Regional de Loreto, ensayó dos explicaciones. En la primera, los nuevos casos corresponden al grupo que no se contagió en la primera ola y que habría relajado el distanciamiento y la prevención frente a la enfermedad.

Pese a esto, descartó por el momento que se trate de una segunda ola.”Hay un aumento de casos, pero no creo que haya una ola similar a la anterior. Ese 20% que faltaba infectar lo está haciendo ahora. El relajamiento de las medidas, hay vuelos constantes hacia Lima. Acá la vida es casi normal, la gente anda sin mascarilla por todas partes”, indicó.

En esto coincidió Calampa, quien informó que la mayoría de pacientes nuevos cuenta con un trabajo y guardó cuarentena.

“La mayoría que llegan están copando Essalud, tuvieron un trabajo durante la primera ola, se encerraron en su casa y últimamente han salido por las fiestas. También tenemos 26 hospitalizados. Ellos se están contagiando y llegan en malas condiciones”, puntualizó.

Además del relajamiento, Celis consideró que el actual rebrote en Loreto estaría relacionado a una variable más riesgosa como la presencia de la nueva variante del coronavirus detectada por primera vez en el Reino Unido.

Según el especialista, esto explicaría la mayor transmisión y que el virus “encuentre” más rápido a las personas susceptibles.

“En Colombia encontraron [la nueva cepa], Chile reportó, es difícil que no esté en el Perú. Falta que el ministerio nos diga, porque nos ha informado lo que ha encontrado hasta octubre, pero necesitamos los datos de diciembre. Solo se puede saber eso haciendo el análisis”, concluyó.

Casos aumentarían tras fiestas

Ambos especialistas señalaron que las aglomeraciones y visitas familiares registradas durante Navidad y Año Nuevo podrían aumentar los diagnósticos y casos severos de coronavirus en Loreto, cuya atención ya se encuentra al tope.

“De todas maneras, desde diciembre ya está aumentando. Essalud ya llenó sus camas UCI. El efecto de las fiestas lo empezaremos a ver a partir del 10 de enero”, explicó Juan Carlos Celis.

También señaló que los pacientes están llegando tarde a recibir la atención en los hospitales y este factor se vuelve determinante para el curso posterior de la enfermedad. A esto se suma la automedicación que suelen realizar los enfermos.

“Las personas cuando llegan lo hacen tarde y a los dos días ya están para UCI. Durante el primer ‘tsunami’ de la enfermedad todo el mundo se quedaba en su casa. Ahora deberían venir apenas necesiten, pero la mayoría espera o se automedica”, señaló.

En tanto, el director regional de Salud de Loreto, Carlos Calampa, solicitó al Ejecutivo que entregue pronto los ventiladores requeridos.

“Ocho ventiladores mecánicos que nos dio el Gobierno no tienen los repuestos que nosotros requeríamos. Tenemos un ambiente hospitalario de 150 camas, pero no hay presupuesto para contratar al personal que pueda atender. Es un elefante blanco, no hay recursos”, dijo.

El funcionario calculó que unas 250 mil personas aún no han contraído el COVID-19 en la región y podrían infectarse en los próximos meses.

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