En el segundo día de su visita a Perú, el pontífice argentino llegará a Puerto Maldonado, una remota ciudad de casi 100.000 habitantes, el último punto urbano de Perú antes de adentrarse en la selva amazónica, cerca de las fronteras con Brasil y Bolivia. (Foto: archivo)
En el segundo día de su visita a Perú, el pontífice argentino llegará a Puerto Maldonado, una remota ciudad de casi 100.000 habitantes, el último punto urbano de Perú antes de adentrarse en la selva amazónica, cerca de las fronteras con Brasil y Bolivia. (Foto: archivo)
Redacción EC

Daños ambientales, deforestación, contaminación de ríos y prostitución infantil son los temas que le esperan este viernes al papa Francisco en su visita a la Amazonía peruana, donde tendrá un encuentro con pueblos nativos que buscan su ayuda para resolver los problemas que los agobian.

En el segundo día de su visita a Perú, el pontífice argentino llegará a Puerto Maldonado, una remota ciudad de casi 100.000 habitantes, el último punto urbano de Perú antes de adentrarse en la selva amazónica, cerca de las fronteras con Brasil y Bolivia.

"Por primera vez, en este pueblo, se juntan todas las comunidades nativas de prácticamente toda Sudamérica. Es muy difícil tenerlos a todos reunidos, entonces es histórico", dijo a la AFP José Trinidad, de 69 años, sobre el encuentro del papa Francisco con 3.500 indígenas peruanos, brasileños y bolivianos.

Francisco, un ferviente defensor del pulmón verde del planeta, enfrentará reclamos de las comunidades y de ambientalistas preocupados por la explotación salvaje de los recursos naturales, un día después de cerrar una gira por Chile llena de controversias por los abusos sexuales en la Iglesia y los conflictos indígenas.

-Minería, factor "crítico"-
En Puerto Maldonado el papa Francisco es esperado con esperanza por las comunidades de una de las zonas más pobres del país, a pesar de sus riquezas naturales.

La cabecera de la región Madre de Dios es la capital de la minería ilegal de Perú, que genera utilidades por 1.000 millones de dólares anuales, pero no deja beneficios a los pueblos aborígenes ni al fisco, que pierde de recaudar unos 350 millones de dólares al año en impuestos, según cifras oficiales.

Por eso la comunidad Ese Eja Palma Real va a regalarle simbólicamente al papa Francisco un arco y una flecha para que los defienda y los ayude a recuperar las tierras ancestrales que les han arrebatado los mineros ilegales.

"En el sur de Perú, la actividad minera es el factor más crítico" de la deforestación, asegura Matt Finer, director del proyecto Maap (control de los Andes amazónicos), formado por dos asociaciones ecologistas, una local y otra estadounidense.

Gracias a los satélites y a los drones, Maap ha publicado en internet en tiempo casi real la destrucción de la Amazonía, que se aceleró en 2017 con un récord de 20.000 hectáreas devastadas, equivalentes a 28.500 campos de fútbol. Además, los mineros utilizan mercurio para amalgamar el oro, lo que contamina los ríos y mata a los peces.

La Amazonía, que cubre un tercio del territorio peruano, es tan extensa y tan remota que no hay presencia del Estado, lo que facilita el delito.

En el primer semestre de 2017 se reportaron en Madre de Dios más de un centenar de casos de prostitución infantil y lidera el ránking de la trata de personas en Perú, según la fiscalía.

Muchas aldeas solo son accesibles por vía aérea o fluvial. La única carretera que une esta región con la costa fue construida por la empresa brasileña Odebrecht -centro de un escándalo de corrupción que abarca a varios países de América Latina- y es objeto de una investigación por pagos de sobornos.

A su regreso de la Amazonía la tarde de hoy, el papa Francisco tendrá un encuentro en Lima con sacerdotes jesuitas -su congregación- y una reunión con el presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien lo recibió el jueves en el aeropuerto.

*Fuente: AFP

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