Sobre su escritorio está el libro “Why Are We Waiting?” (“Por qué estamos esperando?”), del economista británico Nicholas Stern, uno de los promotores de la idea de que el cambio climático es, entre otras cosas, un gran problema económico. Manuel Pulgar-Vidal, ministro del Ambiente, lo leerá a fines de esta semana en el avión que lo llevará a París para participar en la COP 21. Pero antes hay asuntos que atender, como el paro indefinido en Madre de Dios contra el control de insumos para la minería ilegal, y los primeros pasos de Sierra del Divisor como parque nacional.
— Si el Consejo de Viceministros aprobó en mayo crear el Parque Nacional Sierra del Divisor, ¿por qué el de Ministros demoró hasta noviembre para concretarlo?
Los plazos se extienden porque la agenda política es recargada. En estos últimos meses nos encontramos en la obligación de trabajar en decretos legislativos, un conjunto de más de 60 normas discutidas en sesiones casi permanentes y continuas del Consejo de Ministros. Lo de Sierra del Divisor, que no tenía un plazo límite, podía esperar y finalmente se concretó.
— Se dijo que algunos ministros se oponían.
No, no había forma de que se den discrepancias porque para la categorización como parque nacional se promulga un decreto, es sí o no. Nunca tuve dudas de que se iba a aprobar. Ahora el Parque Nacional Sierra del Divisor ya existe, ya recibió US$1 millón donado por una organización del exterior, tiene un comité de gestión y tiene en camino su plan maestro.
— Antonio Fernández, comisionado contra la minería ilegal, comentó que el Ministerio Público solo ha autorizado dos interdicciones al mes en todo el país. ¿Es lógico esto?
En este momento necesitamos más apoyo del Ministerio Público. No podemos trabajar solo con dos interdicciones al mes porque la capacidad de recuperación de implementos para la minería ilegal es muy rápida. Además, necesitamos la voluntad del Gobierno Regional de Madre de Dios, y no la tenemos.
— La protesta que inicia hoy la organiza el gobernador de Madre de Dios, Luis Otsuka, y varios alcaldes: es el Estado contra el Estado.
El gobernador Luis Otsuka quiere la derogación de las normas de control de combustible, de control de maquinarias, de las normas contra la tala ilegal. En otras palabras, el gobernador quiere la impunidad total en Madre de Dios. Allí hay una visión cortoplacista de una persona que cree que hay que destruir la Amazonía.
Lee la entrevista completa en nuestra edición impresa.