Cuando se creía que se había visto o contado todo sobre La Pampa, en Madre de Dios, un reportaje de Cuarto Poder demuestra que el problema de la trata de personas, más específicamente la explotación sexual de adolescentes y jóvenes en la zona devastada por la minería ilegal, es mucho más grande y las autoridades no hacen mucho por solucionar el tema.

En la nota periodística se señala que en los 15 campamentos mineros hay una cantidad aún no estimada de mujeres que trabajan en los llamados ‘prostibares’, donde son obligadas a ser ‘damas de compañía’ o a ejercer la prostitución.  

Un testigo, cuya identidad Cuarto Poder mantiene en reserva por seguridad, contó que las mujeres explotadas en los bares son llamadas ‘ficheras’ y los sujetos que asisten a dichos locales pagan hasta 200 soles para tener relaciones sexuales con ellas.

Asimismo, reveló que las jóvenes que tratan de escapar son golpeadas o asesinadas a modo de escarmiento para las demás. Los policías de la zona contaron a Cuarto Poder que casi a diario levantan cadáveres.

Indicó que ellas son engañadas con buenas ofertas de trabajo, sin saber a lo que se dedicarán y que no obtienen ninguna ganancia, pues los dueños de los locales les cobran la alimentación, el alquiler de la habitación donde duermen y la seguridad que les brindan. Es decir, viven en una esclavitud moderna.      

Miguel Huerta, secretario de la Lucha contra la Trata de Personas del Ministerio del Interior, dijo a Cuarto Poder que las jóvenes, en su mayoría escolares, son contactadas y engañadas a través de las redes sociales.  

En el reportaje se indica que las mujeres explotadas en los ‘prostibares’ no son sometidas a exámenes médicos, por lo que casi todas tienen enfermedades de transmisión sexual. Además, se advierte que un 30% tendría VIH. Otro punto que se destaca en la nota es que el Perú no cuenta con un albergue para las que son rescatadas de la trata de personas.

El reportaje evidencia que no hay presencia del Estado en la zona ubicada entre el kilómetro 87 y 130 de la carretera interoceánica. Una posta médica situada a 30 kilómetros de la zona, con sus carencias en medicinas, servicios y personal, es una muestra de la poca importancia que le dan las autoridades al tema. 

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