El Papa visitó Puerto Maldonado para un encuentro con las comunidades amazónicas (Foto: AFP)
El Papa visitó Puerto Maldonado para un encuentro con las comunidades amazónicas (Foto: AFP)
Redacción EC

El viernes último, frente a cientos de indígenas reunidos en el coliseo Madre de Dios de Puerto Maldonado, el papa Francisco ofreció un discurso marcado por la defensa de los pueblos amazónicos, el resguardo de su identidad cultural y el cuidado del medio ambiente.

Un mensaje que no es nuevo en el Sumo Pontífice: en su encíclica titulada “Laudato si’”, publicada en el 2015, habló sobre el cuidado de la “casa común”, que hace referencia a la protección de nuestro planeta y al fomento del desarrollo sostenible. Sin embargo, durante su visita a la Amazonía peruana, mencionó otros conceptos. Tres expertos analizan los más resaltantes.

-El neoextractivismo-
Durante su discurso, el Papa dijo que los territorios de las comunidades indígenas nunca habían estado tan amenazados como ahora. Una de las razones que provocarían tal vulneración en la selva, explicó, era el “neoextractivismo”. Un término que utilizó a secas y que no definió con profundidad.

Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), consideró que dicho concepto “es un poco vacío” y podría prestarse a malas interpretaciones, ya que “pone en el mismo nivel a los mineros ilegales y depredadores forestales con algunas empresas mineras o madereras que sí tienen prácticas ambientales adecuadas”.

Por su parte, el ex ministro del Ambiente Manuel Pulgar-Vidal dijo que se debe interpretar el término bajo el concepto que el Papa denominó “cultura del descarte”; es decir, al hecho de realizar actividades económicas que excluyen y afectan a las comunidades de la selva. “No es que el Papa rechace la extracción de recursos, sino que condena el poco cuidado del medio ambiente y la exclusión de los indígenas que puede fomentarse”, explicó.

-La avidez económica-
El pontífice también dijo que otra amenaza para los pueblos amazónicos era “la fuerte presión por grandes intereses económicos, que apuntan su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro y monocultivos agroindustriales”.

Carlos Paredes, profesor de la Escuela de Posgrado de la Universidad del Pacífico, afirmó que no se lee un rechazo del papa Francisco al “gran capital” ni a la empresa privada, sino que es un llamado a que existan mejores reglas de juego para la explotación. “Por ejemplo, es el Estado el que ha explotado mal el petróleo”, dijo.

Macera se manifestó en la misma línea: “Habló de las actividades ilegales. El problema es que se entienda este discurso como un ataque general en contra de cualquier actividad extractiva. Estas no tienen nada de malo, siempre y cuando respeten el medio ambiente”.

En tanto, Pulgar-Vidal consideró que el Papa se refería a la minería ilegal, a la tala ilegal, a la explotación petrolera que derrama el crudo, entre otras. “Es difícil determinar cuál genera un mayor impacto negativo. Sin embargo, todas responden a una cultura viciosa, de avidez económica, y además generan externalidades como la explotación sexual infantil y otros delitos”, agregó.

-La conservación-
El Sumo Pontífice dijo que una tercera amenaza era “la perversión de ciertas políticas que promueven la ‘conservación’ de la naturaleza sin tener en cuenta al ser humano que habita en ella”.

Sobre esto, Paredes explicó que hay “grupos conservacionistas extremos”, que por querer cuidar la biodiversidad no permiten el desarrollo de los indígenas, quienes “podrían tener un bienestar material mucho mayor”. Pulgar-Vidal apuntó que el Papa coincide con la tendencia internacional: “Hoy se crean áreas protegidas que incluyen reservas comunales para indígenas, tal como el del Güeppi-Sekime”. Actualmente, el Perú tiene 14 parques nacionales.

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