Tres jóvenes bebiendo alcohol y una momia de unos 700 años de antigüedad, metida dentro de una caja de delivery, fue lo que encontraron los efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) que realizaron una intervención el pasado 25 de febrero en Puno. Lo cierto es que la presencia de los agentes fue casi una coincidencia y, según indica el incriminado, la momia habría estado en su posesión por tres largas décadas.
Este caso, convertido en noticia global, revela la facilidad con la que el patrimonio cultural del Perú puede ser manipulado, trasladado e, incluso, vendido ilícitamente.
El Comercio conversó con la directora de la Dirección de Recuperaciones del Ministerio de Cultura (Mincul), Evelyn Centurión, quien advirtió que existe un gran mercado negro de bienes culturales nacionales. Las momias preincas, extraídas principalmente de Lambayeque, La Libertad, el norte de la región Lima e Ica, son también objeto del tráfico ilegal, con el fin de ser vendidas a millonarios postores que buscan extender sus colecciones privadas.
El arqueólogo Edgardo Meléndez comentó a este Diario que lo que suelen buscar estos compradores, quienes mantienen vigente la demanda en el mercado negro de momias, son características particulares, como deformaciones o tatuajes. De hecho, los cráneos elongados encontrados en el país, que resultaron de la práctica de la trepanación craneana, han sido altamente comercializados.
En muchos casos, como lo revelaron informes anteriores de El Comercio, los mitos sobre su origen fue lo que alimentó la curiosidad de quienes consideraban estos restos como extraterrestres. Algunas veces, se trataban de piezas falsificadas. Otras, eran restos que habían sido extraídos ilícitamente.
Lo puntual es que la venta de estos restos humanos es ilegal, y está reglamentada bajo la Ley General de Patrimonio Cultural de la Nación. A pesar de esto, la vocera del Mincul reveló que, desde fines del siglo pasado, se conocen 22 casos de momias preincas exportadas a diversos países. Ocho de estas, ya han sido repatriadas y fueron encontradas en Bolivia (1), Alemania (2), Argentina (1), Vaticano (3) y Suecia (1).
"La vocera del Mincul reveló que, desde fines del siglo pasado, se conocen 22 casos de momias preincas exportadas a diversos países"
Las catorce restantes aún están en proceso de repatriación, desde Argentina, Bélgica, Brasil, Dinamarca, Estados Unidos, España, Francia, Italia, México y Reino Unidos. Centurión recalcó que los procesos de repatriación, en los cuales se trabaja con el Ministerio de Relaciones Exteriores, pueden tomar largos años en concretarse.
Sin embargo, no es posible conocer con exactitud cuántas momias han sido sacadas del país. Pero el tráfico de momias, indicó la vocera, representa menos del 5% del contrabando de objetos culturales nacionales.
Un inmenso negocio ilegal
Casi veinte años han pasado desde que el retablo que adornaba la Capilla de San Pedro de Challapampa, en Puno, extraviado el 2002, fuese encontrado ofertándose en línea a través de una distribuidora de antigüedades en Nuevo México, Estados Unidos. Lo impresionante del caso es que este retablo tenía casi cuatro metros de largo, tres de altura y pesaba unos 450 kilogramos. Aun así, apareció a unos siete mil kilómetros de distancia.
El Mincul, creado en el año 2010, tiene una larga lista de artefactos del patrimonio cultural del Perú que han sido traficados ilegalmente. Con el fin de proteger los bienes patrimoniales de los países más afectados, el Consejo Internacional de Museos (ICOM) determinó el 2007 que, en el Perú, 26 tipos de artículos culturales estaban “en peligro [de poder] ser objeto de compraventa ilícita en el mercado de antigüedades”.
En la denominada Lista Roja de Antigüedades Peruanas en Peligro, la ICOM revela que entre el 2004 y el 2006 “se interceptaron exportaciones ilícitas de más de cinco mil bienes culturales y nacionales”. Hoy, quince años luego, las consecuencias continúan haciéndose notar.
La directora de la Dirección de Recuperaciones del Mincul comentó que, solo entre los años 2020 y 2022, se han identificado “más de 600 casos de bienes en el exterior, los cuales suman un promedio de tres mil artículos culturales, entre restos arqueológicos, documentales y biológico”, los cuales fueron traficados ilícitamente.
La vocera aclaró que cuantificar los costos de estos artículos es una labor complicada, ya que su precio puede variar constantemente una vez ingrese al circuito comercial del mercado negro. Sin embargo, ejemplificó que, en los Estados Unidos, “los bienes arqueológicos sobrepasan los tres mil dólares”. A esto se le suma la inmensa variedad de piezas que se ofertan.
“Los bienes arqueológicos sobrepasan los tres mil dólares”
El coronel PNP Jorge Maguiño, jefe de la División de Investigación de Delitos contra el Patrimonio Cultural, que forma parte de la Policía Fiscal, aclaró a El Comercio que estos bienes son traficados vía marítima, aérea y terrestre. Añadió que el precio de un huaco puede variar entre los tres mil y 200 mil dólares. Meléndez detalló que entre 1950 y 1980, “las utilidades [del tráfico de artículos culturales] eran semejantes al negocio de estupefacientes”.
No hay herramientas suficientes
El arqueólogo Régulo Franco, responsable del descubrimiento de la Dama de Cao, indicó a El Comercio que el mercado negro de bienes culturales peruanos continúa vigente y “ocupa un lugar preferente después de la minería y el narcotráfico”. El experto señaló que “el aumento del tráfico [se debe] a la globalización y al auge del comercio electrónico. Un comprador solo tiene que pulsar una tecla en cualquier parte del mundo para adquirir antigüedades”.
Si bien los entrevistados concluyen que el saqueo de huacas y el tráfico de estos artículos provienen desde antes de la época colonial, identifican que entre los años 1950 y 1990 se vivió un auge de huaqueros. A pesar de esto, el coronel Maguiño recalca que el tráfico de estos bienes permanece de manera sistemática.
Cabe señalar que la Ley General De Patrimonio Cultural De La Nación, la cual prohíbe “la extracción, remoción no autorizada, comercialización, transferencia u ocultamiento de estos bienes”, fue promulgada el 2004. Los arqueólogos señalan que las autoridades responsables de la protección de los bienes culturales no cuentan con las capacidades necesarias.
“El Ministerio de Cultura no tiene presupuesto para proteger miles de sitios arqueológicos en el país”, indicó Franco. Por su parte, Meléndez refirió que sólo el 4% de los sitios arqueológicos han sido declarados como tal. Desde el Mincul, Centurión aclaró que “la investigación [de estos delitos] no ha tenido mucha importancia” a lo largo de los años. De hecho, el coronel Maguiño indicó que su división está compuesta por 20 efectivos para responder a todos los casos detectados a nivel nacional. Aseguró que la fiscalía especializada en estos delitos ha quedado inoperativa.
El Comercio intentó comunicarse con voceros del Ministerio Público en reiteradas ocasiones, pero la respuesta fue que, hasta el cierre de esta edición, no se dio la autorización a los representantes.
Si usted posee un bien cultural o encuentra restos arqueológicos, puede comunicarse al +51 976 066 977 o al correo recuperaciones@cultura.gob.pe. De esta manera, alertará al Ministerio de Cultura.