(Foto: Facebook de Rafael Ballón)
Piura

Rafael Ballón Adrianzén, el joven que salvó a varios damnificados en la inundación del 2017 a causa de El Niño costero, falleció el último miércoles en un accidente de tránsito. Según se conoció, él y dos amigos regresaban de Zorritos, en Tumbes, donde estuvieron pescando. A la altura de la carretera Sullana-Talara el auto donde viajaban se despistó. Ballón murió al instante, mientras que sus dos compañeros se recuperan en el hospital de Piura y Sullana, respectivamente.

La Policía Nacional informó que los tres amigos viajaban en el vehículo de placa P2D-477, de propiedad de David Meyer Cohen Saldarriaga. Su hijo, Meyer Cohen Valdez, era quien manejaba al momento del accidente. Además de Ballón, en el auto viajaba Brans Requena Peña.

El accidente se produjo la noche del último miércoles, y las causas son investigadas por la PNP y la fiscalía. Ballón era estudiante de Arquitectura de la Universidad Nacional de Piura y había fundado en 2017 su escuela de buceo y natación, donde impartía clases particulares.

-La vida de un héroe-

Rafael Ballón Adrianzén, de 26 años, era un hombre que no podía estar quieto. Si no estaba en la universidad, andaba de pesca o en su escuela de buceo. Amaba el mar y enseñaba a amar el mar. Lo suyo era desprendimiento y labor social. Por eso, en marzo del 2017, apenas se enteró del desborde del río Piura cogió sus implementos de buzo y fue a Catacaos a rescatar vidas: salvó a más de 50 personas en tres días.

El Comercio lo entrevistó en diciembre del año pasado y contó que uno de sus planes era ejecutar el proyecto “Los hijos del río”, que buscaba enseñarles natación y primeros auxilios –cada mes, de forma renovable– a 15 niños damnificados de Pedregal Grande, en el Bajo Piura. “Porque no sabemos cuándo ocurrirá otro Niño, y debemos estar preparados. Mucha gente murió ahogada porque no recibió los primeros auxilios a tiempo”, dijo aquella vez.

Hace dos semanas, el joven universitario contó en su Facebook que había sentido miedo intentando atrapar un pez fortuno que se escabulló hacia las profundidades del mar. Con poco aire en sus pulmones, llegó a la superficie casi por instinto. Aquella vez se preguntaba si era más importante un pez o su propia vida. Una vida que llevó amando lo que hacía, incluso en los momentos más trágicos.

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