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La reciente encuesta de El Comercio-Ipsos confirma la preocupante tendencia decreciente en la popularidad del presidente Pedro Pablo Kuczynski, que alcanzó en febrero 38%, cinco puntos menos que el mes anterior. Una lectura a escala regional puede brindar hallazgos que no deben perderse de vista.
El norte mantiene su constante apatía hacia el presidente, muy similar a la que se presenta en el ámbito nacional. En febrero, la aprobación llegó a 35%, tres puntos menos que el promedio nacional. El declive en comparación con la medición de agosto (-22) es muy similar al experimentado por el presidente en todo el país (-23).
Un aspecto llamativo es que la caída en el último mes se detiene, perdiendo solo un punto respecto a enero. ¿Se debe a que la gente estuvo más preocupada en enfrentar los estragos causados por las lluvias? ¿O más bien consideran, a diferencia de Keiko Fujimori, que la reacción del Gobierno fue adecuada?
El centro, en tanto, se muestra crecientemente reacio. En febrero, la aprobación alcanzó un 33%, cinco puntos menos que el promedio nacional. Entre enero y febrero, se presentó una fuerte caída de 12 puntos, quizá atribuibles a los problemas que experimenta la Carretera Central, principal vía de acceso a la región. En conjunto, se ubica junto al sur como la región en que el deterioro es más significativo en comparación con la cifra alcanzada en agosto (-29).
El sur, que apoyó en bloque al actual presidente en la segunda vuelta de junio del 2016, es también la región más defraudada. Aunque en febrero la cifra es muy similar a la nacional (37%), esta parte del país presenta la mayor disminución acumulada respecto a la cifra que alcanzó Kuczynski en agosto (-31). Vistas así las cosas, puede entenderse la obstinación por continuar con la controversial construcción del aeropuerto de Chinchero, en Cusco.
El oriente, epicentro de importantes protestas en meses anteriores, presenta hoy un sorpresivo comportamiento: es la única zona donde la aprobación presidencial se incrementa, aunque ligeramente, entre enero y febrero, pasando de 43% a 45%. Curiosamente, en diciembre fue la región más esquiva (38%), muy por debajo del promedio nacional de ese mes (48%). No solo eso: son las regiones en que el deterioro es menos significativo respecto a la primera medición de popularidad presidencial, realizada en agosto del 2016 (-16).
La evolución de la aprobación presidencial en los primeros meses del gobierno de Kuczynski permite identificar los espacios geográficos donde el Ejecutivo podría ser más vulnerable: el siempre intranquilo sur, además defraudado, y el impredecible centro del país. El norte, en tanto, se muestra previsiblemente adverso, mientras que el oriente parece tan partidario como indefinido.
