Cancha política inestable: durante la era de Ricardo Gareca han pasado 15 gabinetes y 240 ministros | Informe de ECData

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La sólida etapa del ‘Tigre’ al mando del equipo peruano contrasta con el plano político del país: mientras el DT está al frente de la Blanquirroja, han pasado 15 gabinetes y 240 ministros en total.

En un análisis de la Unidad de Periodismo de Datos de El Comercio, con la colaboración de DT, se comparó la rotación ministerial con los números de la era Gareca [ver gráfica]. En términos de estabilidad, los titulares de carteras que han durado más de un año se reducen a 43. En tanto, de los 117 jugadores convocados por Gareca, 76 tuvieron minutos de juego y 10 de ellos han superado los 50 partidos.

¿Mala formación?

Para el politólogo Paolo Sosa, la política del Ejecutivo peruano está muy atomizada en ministros y rara vez se instala un primer ministro influyente en los gabinetes. Desde ese panorama –explica–, no se puede hablar de conformaciones, sino de convocatorias individuales que tampoco llegan a cuajar.

“Los ministros peruanos bailan con su propio pañuelo y rara vez nos encontramos con que un presidente del Consejo de Ministros realmente influye en todos los sectores. Lo importante es ver la rotación individual de ministerios. Los ministros y ministras han funcionado como fusibles que se desechan cuando hay una crisis política”, expresó.

En diálogo con este Diario, la politóloga Kathy Zegarra advirtió que a lo largo de los años la estabilidad ministerial ha estado condicionada a la relación del gobierno con el Parlamento y al descenso cuantitativo o ruptura de las bancadas oficialistas.

“El primer factor que puede darle estabilidad ministerial a un gobierno es el peso que tiene la bancada oficialista o la coalición que se forme. Esto porque se neutraliza la resistencia que pueda haber desde el Congreso hacia los actores del Gabinete”, puntualizó.

Zegarra agrega que no hay una fórmula exacta que garantice duración, aunque recalca que es ideal una combinación entre la habilidad política y la cuota técnica de los ministros. “Lo técnico y lo político pueden hacer un buen trabajo, pero eso depende de las metas fijadas que el ministro o la ministra tenga y respecto también de la burocracia que pueda hallarse dentro de los ministerios; es decir, de la calidad del personal, si se respetan las líneas de carrera, si hay claridad respecto a los objetivos”, indicó.

Vigilancia desigual

Otro punto importante en el que coinciden los especialistas es en que la fiscalización o el control político desde el Congreso hacia los ministerios no son siempre homogéneos y, por ello, hay carteras que aparentan mayor estabilidad que otras.

Sosa señala que en la mayoría de gobiernos es usual que los sectores sensibles sean encabezados por personas más técnicas, pero que incluso eso no garantiza que la rotación disminuya. También advierte un problema cuando las convocatorias de ministros nacen de negociaciones netamente políticas, pues es ahí donde se concentran los vaivenes.

“No es que lo técnico te asegure continuidad, sino que hay una tendencia a nombrar a ministros técnicos precisamente en esos sectores más estables, mientras que se nombra a políticos en aquellos que, lamentablemente, son vistos como espacios para negociar con la oposición o para congraciarse con aliados del gobierno. Estas negociaciones son sujetas a vaivenes políticos, por lo que no es raro que sea precisamente ahí donde hay rotación significativa”, dijo.

Por otra parte, las crisis ministeriales que se originan desde el Ejecutivo tienen un impacto distinto. Zegarra sostiene, por ejemplo, que los perfiles técnicos deberían imponerse siempre entre los grupos de trabajo de los ministros para así asegurar una articulación correcta de las políticas públicas.

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