La carretera Interoceánica pasará a la historia. Y no será por su trascendencia en la conectividad. El proyecto, construido en nueve tramos, se recordará como la causa de los cargos que hoy enfrenta el prófugo ex presidente Alejandro Toledo.
Las imputaciones de la fiscalía giran en torno a los presuntos sobornos para la adjudicación del proyecto a Odebrecht. Sin embargo, la suscripción de las adendas vinculadas a los distintos tramos de la Interoceánica también despiertan suspicacias.
—¿Más vale tarde?—
Doce de las 24 adendas suscritas en contratos de concesiones de transporte durante el gobierno de Alejandro Toledo están vinculadas con proyectos de Odebrecht, Camargo Correa, Andrade Gutierrez y Queiroz Galvao. Se trata de la IIRSA Norte y los tramos 2, 3 y 4 de la IIRSA Sur.
Por cada tramo se firmaron tres adendas, todas ellas en los últimos siete meses del gobierno de Perú Posible. Incluso, cuatro se suscribieron en la última semana, cuando ya estaba en curso el proceso de transferencia con la gestión aprista.
“Toledo tenía un claro apuro. Decían que no querían volver a fojas cero con negociaciones que habían tomado varios meses”, reveló a El Comercio un miembro de ese proceso de transferencia, quien prefirió mantener su nombre en reserva.
Si bien las adendas a contratos de concesión no son perjudiciales per se, la forma en la que fueran aprobadas resulta inusual en la práctica comercial. Así, por ejemplo, las terceras adendas de cada uno de los tramos 2, 3 y 4 de la IIRSA Sur se firmaron menos de dos meses después de las segundas. “Al negociar una adenda, se trata de incluir todas las controversias. No es común que semanas después se suscriba otra”, asegura José Luis Guasch, ex jefe de la unidad de expertos globales en asociaciones público-privadas del Banco Mundial.
Da clic a la imagen para ver la infografía completa. (Fuente: Ositrán)
—Cambios costosos—
Néstor Palacios, viceministro de Transportes del gobierno de Alejandro Toledo, firmó las 12 adendas. Según el ex funcionario “era irresponsable” no hacerlo porque, además, “no iban a tener un impacto económico en el proyecto”.
Sin embargo, El Comercio corroboró lo contrario. Adelantos en la construcción, modificaciones de acreedores permitidos –los cuales financian la obra–, cambio en las compensaciones que tendría que pagar el Estado, variaciones de los mecanismos de pago y cambios en las causales de resolución de contrato fueron incluidos en las adendas. “Se transfirieron rentas disfrazadas de costos de materiales, mano de obra y trazos cuasi ficticios”, sostiene Guasch.
Según contraloría, en el 2008, tras la suscripción de 11 adendas relacionadas con diversos tramos, el presupuesto inicial de la IIRSA Sur se incrementó en más de US$500 millones. Nueve de estas modificaciones se firmaron en el gobierno de Alejandro Toledo.
El costo para el Estado, si es que terminaba el contrato o demandaba a alguno de los concesionarios, también se elevó. “Se fijaron costos impagables para desincentivar la medida. Era un contrato sesgado a favor del concesionario”, comentó la fuente que formó parte de la comisión de transferencia.
Al respecto, Palacios señaló que Mario Arbulú, hoy asesor del ministro Martín Vizcarra, fue quien negoció las adendas. En comunicación con este diario, Arbulú lo negó y sostuvo que Palacios era el único encargado. No obstante, agregó: “Barata era percibido como alguien con poder”.
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