Que un mismo personaje esté ligado a dos procesos de vacancia, no puede deberse al azar. Aquí hay un talento o una debilidad o un perfil magnético que atrae por igual desastres y buenas pro. Karelim Lopez encarna la descomposición de las relaciones entre política y empresa, desde el protocolo de la Presidencia de la República hasta las comisiones que evalúan a los postores privados de una obra pública. Si trabajaba para aquellos, nunca debieron abrirle las puertas de Palacio de Gobierno.
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¿Cómo así llegó a ganarse la confianza de por lo menos dos entornos presidenciales, el de Martín Vizcarra y, ahora, el de Pedro Castillo? Tras conversar con distintas fuentes, he encontrado lugares comunes, detalles equivalentes y una misma angurria ascendente hacia el corazón de Palacio. No tengo evidencia de que llegara a tener trato directo con Vizcarra (este, según una fuente, instruyó a su asistente Karem Roca, a que la derivara con su asesor Iván Manchego). Pero sí pudo llegar a Castillo, como quedó registrado en dos visitas palaciegas y en una primera visita a la casa de Breña, que no sería necesariamente la grabada por “Cuarto Poder”.
En ambos gobiernos, mis fuentes coinciden en que Karelim bregó por cultivar la amistad con el entorno inmediato de los presidentes. O sea, les hizo la ‘patería’ con el afán de que hicieran suyas sus cuitas y en ese trance ella hizo suyas las cuitas de aquellos. Veamos el caso de Vizcarra. Parece lejano en el tiempo pero sucedió apenas un año atrás.
La comadre de Hayimy
Fuentes confiables me aseguran que Karelim se esforzó en estrechar lazos con Karem Roca, la asistente de Vizcarra desde que este fue gobernador de Moquegua. IDL-Reporteros, en “El sombrero sin cabeza” (3/12/2021), asegura que trabaron amistad al punto que en noviembre del 2019, un cumpleaños de Karem se habría celebrado en la casa de Karelim en Pueblo Libre.
Busqué a Karem Roca. No quiso hablar conmigo, pero lo pude hacer con una persona cercana y autorizada por ella. En el relato de la interpósita persona, Karem minimiza y relativiza su relación con un personaje que no da puntadas sin hilo. Según el relato de Roca, López la llamaba insistentemente, pidiendo hablar con el presidente, y ella no le hacía caso. La persistencia de Karelim, como dicen quienes la conocen, es muy difícil de ignorar. En una de esas, la asistente le contestó y esta le dijo que tenía reclamos que hacer. Karem le dijo que no era la persona indicada para atenderlos.
Vizcarra recriminó a su secretaria por no haber atendido debidamente a Karelim y le dijo que si volvía a llamar, la derivara con su asesor Iván Manchego. Además, le comentó que era prima de Hayimy, por lo que Karem dedujo que el conocido vidente había recomendado al presidente atendiera a la lobbista. Hayimy Alemant Herrera era asiduo de Palacio, como reveló el periodista Carlos Paredes en su libro “El perfil del Lagarto” (Planeta, 2021).
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Llamé a Hayimy a Órganos, Piura, donde reside. En primer lugar, admitió, como lo hizo ante Paredes, que visitó Palacio algunas veces, pero no con la asiduidad que hace parecer el libro, y menos, que fuera consejero del presidente en asuntos como el cierre del Congreso. De paso, me confirmó que es cierto que en una ocasión entró con espadas para ejecutar un ritual particular y que, por orden superior, no lo registraron. Me dijo, como un reproche al gremio periodístico, que habíamos puesto demasiada atención en Vizcarra, cuando otros presidentes, como Alan García, también habían participado de ritos similares.
La dije al vidente que mi llamada no se debía a mi interés en la espiritualidad de los mandatarios, sino que quería que me confirme si Karelim López era su prima y si medió para que esta llegara a Palacio. Me dijo enfáticamente que él no medió en nada y que no es su prima, sino su amiga y comadre, entendiendo por esto último el vínculo espiritual que se estableció cuando ella amadrinó un ritual en su casa de Órganos. Hayimy insistió en que ella nunca le pidió que le presente a nadie y que, al revés, él le solía pedir su apoyo, que ella materializaba en donaciones de productos para obras de caridad.
Otra fuente coincide en ese dato de perfil: Karelim es pródiga haciendo regalos y donativos, aprovechando benéficamente sus contactos empresariales. Es pródiga también, con donativos a políticos, pues lo hizo a la campaña de Keiko Fujimori en el 2016 (S/. 18 mil) y lo había hecho antes, según documenta IDL, a la campaña municipal de Enrique Cornejo (S/. 14, 160), el aprista ex ministro de Transporte de Alan García. Por cierto, López está asociada al rubro constructor desde hace varios años, y bien se sabe que el MTC es el principal cliente en el país.
No hables con ellos
Karem Roca, siguiendo el relato de su allegada, derivó a la lobbista con Manchego, como ha quedado registrado en una visita que le hizo al asesor el 26 de julio del 2018 y fue atendida en la oficina de la secretaría general del despacho presidencial. Según una fuente del entorno vizcarrista, en Palacio estaban sorprendidos del interés de Karelim en los Panamericanos, pues las obras estaban blindadas ante pretensiones como las que ella representaba. Asociado a su interés en la infraestructura deportiva, estuvo el hecho de que alimentó un sueño que Richard ‘Swing’ Cisneros –otro habitué del círculo palaciego- había confesado públicamente: ser presidente del Instituto Peruano del Deporte.
No hemos podido registrar qué provecho sacó López de su cercanía con el gobierno de Vizcarra. Según una fuente de ese entorno, “nada, y por eso se metió a armar lo de la vacancia, quería hacer negocios con el próximo gobierno, que estaría agradecido con ella”. Pero, ojo, que antes de Manchego, ya se le registran visitas a Carlos Estrremadoyro (ver el cuadro), entonces viceministro de Transporte, amigo moqueguano de Vizcarra y uno de sus puntales técnicos. Es decir, ya desde el gobierno de PPK, la lobbista limeña de 41 años, estaba en el mapa de los moqueguanos.
Es difícil que Karem Roca haya grabado al presidente y su entorno (en su versión, a través de su allegada, me aclara que en principio no pretendió grabar a Vizcarra sino a la secretaria general, Mirian Morales), y entrado en contacto con prensa y políticos, sin ayuda de nadie. Le pregunto a su interpósita persona: “¿Karelim ayudó a difundir los audios?”.
La amiga de Roca persiste en negar a Karelim López, a pesar de que fuentes confiables me aseguran que sí estuvo en la trama de la difusión de los audios. Karem Roca se ha cerrado en la versión de que fue otra persona quien la ayudó en el trance y que no sabe quién hizo llegar las grabaciones al ex contralor y congresista Édgar Alarcón, quien los blandió como arma para justificar la primera moción de vacancia contra Vizcarra. “Se los sustrajeron”, zanja la allegada de Roca, en implausible salida.
La versión de Roca tambalea cuando le cito, a su interpósita, la transcripción de una grabación que le hizo el abogado Fabio Noriega, donde este intenta que ella le confiese quién es la amiga que sabe de los audios: “Es una amiga (…), no la metas en esto (…), es su amiga que también se llama Karem, así vas a decir”. ‘Entre Karem y Karelim, casi no hay diferencia, vamos, es la misma persona’, insisto. La respuesta que obtengo es alambicada: “Es posible que para ocultar la identidad de la verdadera amiga, Karem usó ese nombre parecido a Karelim”.
¿Qué talento persuasivo tiene Karelim que, por no mentarla, sus conocidos inventan nombres, transfieren sus culpas a terceros o se las tragan ellos mismos? Solo los registros oficiales o las cámaras la delatan. Las fuentes que la conocen insisten en que es buena amiga, chillona, entusiasta, la comadre pródiga que describe Hayimy. De todas mis conversaciones con fuentes diversas, puedo deducir que ella sí alentó a Karem Roca a grabar y difundir los audios, pero no fue, necesariamente, la más interesada en politizar el caso en el Congreso para forzar la vacanca. Según una fuente que la conoce, ella hubiera preferido que los audios se difundan por la prensa y entrara a tallar la fiscalía, y se recompusiera el entorno vizcarrista a su favor.
Karelim protege a sus inversiones y a sus amigos; no quiere destruir ni vacar per se. Pero provoca desastres a su paso. Es una femme fatale, aunque el clasismo le busque nombres pacharacos a su condición. Como los métodos son turbios, termina por hundir a quienes estima. Bruno Pacheco lo sabe muy bien. Se hizo buena amiga de él, y hay una elocuente prueba de ello. Antes de que ella estuviera en las portadas; antes, incluso, de que se destapara el escándalo de las presiones al jefe de la Sunat; cuando Pacheco solo se tenía que defender de su participación en la trama de los ascensos irregulares en las Fuerzas Armadas; se animó a dar una entrevista a “Panorama”.
En la edición del domingo 14 de noviembre del programa, al aún secretario se lo ve en una sala grande y ampulosa, cual lobby de un salón de eventos. Según me lo ha confirmado una fuente palaciega, es la casa de Karelim, que se la prestó a Pacheco para recibir al equipo de TV. Tan interesada estaba en las cuitas de su amigo secretario general como lo estuvo en las de Karem Roca, un año atrás. En política, dos hechos de impacto, no son casualidad, marcan un patrón. Karelim López no busca destruir gobiernos, no tiene por qué; sino proteger sus intereses; pero puede matar y vacar al gestionarlos. La fiscal Karla Zecenarro de la segunda fiscalía provincial especializada en corrupción de funcionarios ayudará a determinar qué delitos, muertos y heridos, habrá dejado a su paso.
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