“Dina respiró tranquila gracias a los roba cámaras del Congreso. El mayor apuro del Ejecutivo fue publicar los últimos decretos de facultades delegadas antes de que venciera el plazo el viernes 22″.
LEE TAMBIÉN: Hania: política, agua y fuego. Una crónica de Fernando Vivas sobre un sector que da sorpresas
1. Vladimir en el más allá
Vladimir Cerrón debió ser el personaje de la semana; diablo rojo para quienes les parece poca cosa que le claven 36 meses de prisión preventiva si ‘no es habido’ para cumplirla; ícono revolucionario para sus seguidores que celebraron su cumpleaños en un ritual de vieja ola con torta y velitas. Sin embargo, al día siguiente, el martes, amanecimos con otro operativo espectacular de Eficcop, acompañado de una resolución judicial que nos hizo conocer la confluencia de varias tramas criminales en el Ministerio Público de Patricia Benavides.
Tamaño escándalo judicial/político –lo veremos en crónica aparte- no permitió a Vladimir reinar en la oscuridad, perdón, clandestinidad. Pero valió su empeño. Improvisó, en video desde el más allá, una teoría y plan revolucionario para el nuevo milenio: vencer a Keiko Fujimori no significa haber vencido al sistema neoliberal fujimorista. Para ello se requiere una ‘proeza revolucionaria’ en la cual el partido del pueblo (Perú Libre), además de X, Facebook, Instagram y Tik Tok, serán los guerrilleros.
¿Qué fue Castillo, entonces, en la teorización de su socio? Apenas un intento revolucionario, frustrado por incapacidad propia y por la oposición vacadora. Esperemos que Vladimir desarrolle un apéndice teórico para explicar porqué, cuando tuvo cuota en el gobierno de Castillo, no plasmó ningún ataque consistente contra el ‘sistema neoliberal’; y porqué cuando subió al poder su hoy enemiga Dina Boluarte, su bancada no favoreció el adelanto de elecciones; y porqué negoció con el fujimorismo un espacio para su hermano Waldemar en la mesa directiva de un Congreso que, sino es neoliberal, es porque se dedica al mercantilismo más que a otra cosa. La coartada para todo esto es el odio al ‘caviarismo’ que, en la teoría revolucionaria, tampoco tiene sustento.
La madre de Vladimir y de Waldemar, doña Berta Rojas, se encadenó y declaró en huelga de hambre frente a la Corte Superior de Junín en Huancayo. No existe en nuestra praxis política el ‘fujicerronismo’, pero sí hay coincidencias en el melodramatismo de la familia Fujimori y de la familia Cerrón. La segunda es más trágica pues el padre, Jaime Cerrón Palomino, siendo vicerrector de la Universidad Nacional del Centro, fue secuestrado y asesinado en 1990. Nunca se esclareció si fue víctima del terrorismo o de un comando paramilitar. La tragedia y la incertidumbre marcan la historia de la familia.
2. La presidenta respira
El martes, Dina Boluarte miró a los lados. Por la derecha, encontró al Congreso en receso tras el fin de legislatura; por la izquierda, vio a la gente preocupada en celebrar –o afrontar, valga el sinónimo forzado- la Navidad y el Año Nuevo. Entonces, se lanzó a dar su último balance de gestión del año y destacó que en el 2023 se impuso la paz y el orden. Claro, en materia de inseguridad y economía, todo es cuestión de presentar el panorama de tal forma que se destaquen las cifras que suben y no las que bajan. El problema es que el orden costó decenas de muertos que con otro discurso y forma de afrontar la protesta, quizá se hubieran evitado o minimizado.
Boluarte había callado en todos los idiomas sobre el lío entre la mayoría congresal y la JNJ. Ni siquiera sobrerreaccionó a la denuncia constitucional que Patricia Benavides lanzó contra ella, contra Alberto Otárola y contra tres ex ministros del Interior, responsabilizándolos penalmente por las muertes en las protestas de diciembre, enero y febrero pasados. Alzar la voz, en ese momento, la hubiera colocado en el fuego cruzado en torno a la ex fiscal. Pero ahora, con la legislatura cerrada y los congresistas en semana de representación (vacaciones adelantadas para muchos), le dijo a esa mayoría amiga que a la Junta la faltaba un añito nomás y ya estuvo bueno, ya. Y respiró tranquila, gracias a los roba cámaras del Congreso. El mayor apuro del Ejecutivo en la semana fue publicar los últimos decretos de facultades delegadas antes de que acabara el plazo el viernes 22.
3. El Congreso no estaba muerto
El cierre de legislatura el viernes 15, dejó a algunos congresistas con los crespos hechos. Para la mayoría fue un alivio irse de viaje sin la carga de haber defenestrado o salvado a la JNJ. Pero, para quienes promovieron la moción de remoción inmediata, el honor estaba herido. La bancada de Renovación Popular (RP) que se había lanzado sola a promover la remoción y recibió un tibio apoyo de Fuerza Popular (FP) y APP; ha vuelto a lanzarse sola pidiendo un pleno extraordinario solo para votar contra la JNJ. El jueves logró la adhesión de FP, que no pide remoción inmediata sino tras investigación sumaria de 10 días.
Es difícil encontrar una razón por la cual, la mesa directiva presidida por Alejandro Soto, iba a favorecer esa demanda. En efecto, se limitó a precisar que se necesitan 78 firmas para proceder con ese pleno. No son seguros los 87 votos para defenestrar a nadie, el descrédito de Patricia Benavides (la enemiga número 1 de la Junta) se acrecienta y junto con él, el de los congresistas involucrados en las carpetas de los ‘Niños’, algunos de los cuales prefieren no hacer muchas olas. La bancada de RP no está directamente vinculada en esas tramas corruptas; sino que reacciona –hiperideologizada- ante lo que ven como triunfo ‘caviar’. Lo más probable es que la polarización se tome un descanso festivo. Y no faltarán razones para reavivarla luego.
TE PUEDE INTERESAR
- Patricia, el Congreso y la Junta: morir matando, por Fernando Vivas
- Alberto Fujimori y la Corte IDH: ¿Cuáles son los efectos de declarar al Perú en desacato? | ANÁLISIS
- Los Cuellos Blancos del Puerto: Estos son los casos que asume la fiscal Magaly Quiroz, quien regresa al Equipo Especial
- Patricia Benavides: ¿Cuál es la situación del jefe de la autoridad de control de la fiscalía en la JNJ?
- Carlos Jornet de la SIP: “Este tipo de proyecto demuestra el poco compromiso democrático de la dirigencia política peruana”