Hernando de Soto, el ‘gurú' que podría quedar fuera de carrera electoral por imprecisiones sobre sus estudios

En el 2004, la revista Time, incluyó al economista como uno de los 100 personajes más influyentes del mundo. Por entonces ya había asesorado a diversos mandatarios alrededor del planeta. Entre ellos, al dictador Muamar el Gadafi de Libia (2008). Antes, brindó sus conocimientos al gobierno dictatorial de Hosni Mubarak (2001).

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Según su biografía publicada por el Instituto Libertad y Democracia (ILD) que preside, ha sido elogiado por el expresidente Bill Clinton, el premio Nobel de Economía Milton Friedman y la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.

Para centrarnos en nuestro país, De Soto fue uno de los artífices del plan económico del expresidente Alberto Fujimori, condenado hoy a 25 años de cárcel por el Caso Barrios Altos y La Cantuta. También ha sido consultor político de la hija del exmandatario, Keiko Fujimori, durante sus campañas electorales en el 2011 y 2016.

“El otro Sendero”, “El camino al capitalismo y la generación espontánea del derecho”, su best-seller “El misterio del capital” y otros, son libros de referencia en todo el mundo.

Con ese pergamino, en setiembre del 2020, De Soto emprendió una campaña electoral donde no estaría más tras bambalinas; sino que sería el protagonista de su historia hacia la carrera presidencial. No obstante, sus sueños de llegar siquiera al 11 de abril, día de las elecciones, podría verse frustrado por sus propios errores.

¿Cómo alguien con tanto conocimiento político consigna información incorrecta sobre sus estudios?

El candidato presidencial, nacido en Arequipa, ha estudiado gran parte de su vida en Suiza. Según su hoja de vida presentada ante el ente electoral consignó como información adicional ser “Bachiller en estudios generales letras” por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y precisó que dicho grado académico no estaba registrado en la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

Justamente, el 10 de enero, el abogado Cesar Augusto Girón Atoche interpuso una tacha contra De Soto cuestionando sus estudios en la Universidad de Ginebra. Luego presentó un segundo recurso el 14 de enero pero poniendo en duda el grado de bachiller de la PUCP.

Sin embargo, el Jurado Electoral Especial de Lima Centro 1 consideró que el recurso era extemporáneo para ser analizado en la primera tacha y dispuso —de oficio— que la fiscalizadora de hoja de vida realice una investigación sobre la mención a la PUCP.

En nuestro país, la Ley Universitaria (Ley N° 30220) exige que, para la obtención de los grados y títulos debe haber un estudio de pre-grado de cinco años, que comprenda estudios generales, con treinta y cinco (35) créditos, y estudios específicos y de especialidad, con ciento sesenta y cinco (165) créditos como mínimo, entre otros aspectos.

Si queremos ir más allá, en 1960, año en el cual De Soto estudió en la PUCP, la Ley Universitaria de entonces (Ley N° 23733) en su artículo 117 indica que, “para optar el grado de Bachiller, se requiere la culminación y aprobación, en forma satisfactoria de los estudios curriculares”.

“Estos, para el grado de Bachiller, tendrán un mínimo de diez semestres académicos o la aprobación de los años o créditos equivalentes, incluidos los de cultura general en el caso que le precedan”.

El error o falta de verdad al momento de consignar la información por parte del candidato presidencial, será resuelto en los próximos días por el ente electoral que definirá si aplica o no la ley de manera literal o realiza una interpretación de la misma.

Pese a que El Comercio trató de comunicarse con De Soto, este no respondió. Durante una presentación en el programa Beto A Saber, el candidato presidencial mostró una constancia de la PUCP en la que se señala que “siguió estudios en la Facultas de Letras durante los años 1960 y 1961”. Es decir, solo dos años de la carrera que requiere cinco para que la universidad lo declare “bachiller”.

“Estudié en el programa de letras antes de entrar a derecho y descubrí que tenía más vocación hacia la economía y obtuve una beca (a Ginebra) y me fui”, fue lo único que respondió De Soto.

Añadió que, para probar que sí había estado en la facultad de Letras, compañeros de estudio firmaron un documento certificando que su presencia en dicha casa de estudios. Nuevamente, el cuestionamiento, no es si estuvo o no en la PUCP; sino que haya concluido los estudios para obtener el bachillerato como lo afirma en su hoja de vida.

-Tacha en suspenso-

El viernes último, el JEE dejó al voto una tacha interpuesta también por Girón Atoche, sobre el grado académico que De Soto consignó sobre sus estudios en Ginebra.

Entre los argumentos señala que Hernando de Soto “ha consignado en el rubro Formación Académica de la hoja de vida, que cuenta con el grado académico ‘demi licence en sciences economiques’ otorgado por la Universite de Geneve, el cual habría sido obtenido en el año 1964”.

Añade que la tacha no es por no haber registrado el título en Sunedu; sino que “al declarar información falsa debería ser excluido de la candidatura a la presidencia de la República”.

El JEE admitió la tacha y corrió traslado al partido Avanza País para que resuelva las objeciones a la candidatura de De Soto.

Y es que, en su hoja de vida, el economista aseveró que posee una “demi-licence” en Ciencias Económicas por la Universidad de Ginebra y un postgrado en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales bajo el grado de “demi-licence”.

En ambos casos, se consigna en la hoja de vida, tampoco fueron inscritos en la Sunedu.

Sobre esto, el candidato presidencial dijo en el programa televisivo que, “hoy en Europa”, es como un bachillerato; o como un “bachelor degree” en Estados Unidos. Lo calificó como “un detalle menor” y “formal”.

Girón Atoche, quien dirige el Centro de Investigación y Estudios Legales (Citel), ha señalado al Comercio que su interés es evidenciar una falta de transparencia. Mientras que su abogado, Pablo Sánchez Nassif, dijo a este Diario que ni en Perú, ni en otros países, existen grados académicos de “demi-licence”.

Agregó que, la media-licencia, como lo entiende Sánchez, significa que una persona inició un estudio, pero no lo culminó.

El bachillerato en estudios generales de letras también fue cuestionado por Sánchez, pues precisó que el grado académico es “bachiller” y “no existe un grado académico de estudio general de letras”.

-Debe ser analizado-

El director ejecutivo del Instituto Peruano de Derecho Electoral, José Villalobos, explicó a este Diario que el caso de Hernando De Soto y sus estudios de bachillerato en la PUCP, “podría ser motivo de exclusión siempre y cuando se acredite que ha consignado información falsa” en su hoja de vida.

No obstante, consideró que también podría tratarse de un error sin intencionalidad de mentir. “Es una denominación que él puede darle al estudio general de letras, porque él sí ha estudiado por dos años. En esa época se estudiaban dos años, y luego ingresabas a las escuelas”, precisó.

Agregó que habrá que ver cuál será la “ponderación” que le dará el JEE a dicha información.

Fernando Tuesta, politólogo de la PUCP, sostuvo, antes y ahora, cuando se termina los estudios generales de letras se extiende un diploma dando cuenta de esos dos años de la carrera, pero no es un bachillerato.

“Para mí es un tema de imprecisión, porque pudo haber puesto diploma de estudios generales letras (...) los requisitos han cambiado y no se puede valorar con las reglas de ahora, lo que fue antes. Lo que habría que dilucidar y ya lo hizo La Católica con su documento, es que no existe grado de bachiller con dos años”, exclamó.

Tuesta señaló que la imprecisión no debería llevar a la exclusión, pues sería desproporcional con el derecho a la participación política, que es un derecho fundamental de primer nivel.

Dijo que será el Jurado Nacional de Elecciones, en segunda instancia, el que resuelva de manera definitiva la interpretación de la norma. Agregó, que los candidatos deben ser “castigados” en las urnas y no por temas administrativos.

“Lamentablemente estamos de nuevo en el mismo problema de años anteriores donde temas administrativos electorales, que estando en la ley y colisionan con el derecho participativo, no pueden excluir a candidatos”, señaló.

A opinión de José Tello, especialista en derecho electoral y exgerente del área de Normatividad Electoral y Asuntos Legales del JNE, se sanciona con la exclusión cuando se observan algunas omisiones de los candidatos al momento de consignar datos en su hoja de vida.

“Normalmente la exclusión se da cuando ya es candidato y está corriendo, pero en el caso del señor De Soto, antes de que se cumpla el proceso de fiscalización de su declaración jurada de su hoja de vida, se ha pedido una tacha. El tachante ha pagado su tasa para formar el expediente y ha dicho que se esta contraviniendo la Ley Electoral pues en esta se prevé que nadie mienta”, señaló.

Ahora, dijo, la carga de la prueba está en manos de De Soto, quien deberá demostrar que la persona que lo tachó no dice la verdad.

El exsecretario técnico adjunto de “Voto Informado”, Alejandro Rospigliosi, fue enfático al sostener que sacar de carrera electoral a un postulante por dar información imprecisa en su hoja de vida, va contra las normas constitucionales.

El especialista señaló que la Constitución establece requisitos claros para postular, como, por ejemplo, tener una sentencia penal firme, entonces no pueden postular. Pero, agregó, la hoja de vida, no está en la Constitución, sino en la Ley Orgánica de Elecciones.

Propuso entonces, que este caso pueda solucionarse colocando una “anotación marginal” en la hoja de vida del candidato, indicando que según la PUCP solo llevó cursos y no tiene el grado de bachiller; lo mismo para la Universidad de Ginebra.

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