Que ponga más cara de palo que su jefe Pablo Sánchez, es solo pose defensiva. Antes de aguantar los mohines de Nadine cuando la acusaba y el ‘bullying’ de las redes cuando no la acusaba, Germán Juárez Atoche lidió en la selva con mafias de narcos y taladores que le mandaban ‘cariños’ a su familia. Ser el primer fiscal no brasileño en interrogar a Marcelo Odebrecht es un premio. Que lo goce.