"Mis tíos tenían chacras pero no luz, solo había velas"
"Mis tíos tenían chacras pero no luz, solo había velas"
Jimena De La Quintana

Cuando -actual ministra de Desarrollo e Inclusión Social- viajaba de niña, desde Lima al distrito de Baños en Huánuco, en un bus interprovincial durante casi 24 horas, no imaginaba que años después, en una entrevista como esta, hablaría de aquel pueblo, el de su padre, donde conoció la pobreza. Hoy trabaja para erradicarla desde el ministerio que dirige.

— ¿Cuáles son los resultados de los programas sociales?
Es el tercer año del ministerio y estamos haciendo las evaluaciones de los diferentes programas para hacer ajustes o tomar decisiones. Calculo que hacia fines de año o a principios del próximo estaremos dando resultados sobre las evaluaciones de impacto.

— ¿Se tiene algún adelanto?
No, todavía. Resultados positivos tenemos en todos los programas, pero básicamente de evaluaciones preliminares que se han hecho, que no son de impacto.

— Se necesita coordinación estrecha entre sectores. ¿Qué más se necesita?
Se necesita un compromiso decidido de las autoridades regionales no solo es una coordinación intersectorial…

— ¿Cuáles son las principales trabas para esa coordinación entre autoridades?
Tiene que haber voluntad política. Tuvimos que hablar no solo con los equipos técnicos sino con los presidentes regionales que estaban de salida. Plantearles trabajar un plan de incentivos y que se pusieran metas al 2015 y 2016 cuando ya no estuvieran. […] El gobierno regional se comprometió y se plantearon metas para su gestión. ¿Y qué hicimos con las gestiones siguientes? Cuando terminó la primera vuelta del primer paquete de autoridades que fueron elegidas tuvimos reuniones con ellas, les planteamos lo mismo y asumieron también. […] Hemos logrado una alineación que ha trascendido gobiernos regionales y estamos seguros de que lo que vamos a dejar va a estar alineado también para el siguiente gobierno. No se trata de políticas públicas o sociales que obedezcan a intereses de partidos sino centradas en la persona.

— El ex ministro Luis Carranza dice que los programas sociales se usan con fines político-electorales.
Las afirmaciones vertidas sobre un supuesto manejo político de los programas sociales no tienen ninguna evidencia que lo confirme. De lo que sí existe evidencia es que desde el ministerio hemos aprobado la Resolución Ministerial 186-2014-MIDIS, con la directiva y lineamientos de neutralidad y transparencia de los programas sociales. También hemos implementado una campaña para evitar el uso político de los programas en coordinación con la Defensoría del Pueblo, a la que pueden acudir hoy a hacer sus denuncias, con la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza, Pro Ética, Comité de Vigilancia y Transparencia de los programas. Cada usuario de un programa social es un peruano o peruana que tiene derecho a recibir un servicio de calidad y en ningún caso es visto o tratado como quien recibe un favor a cambio de otro.

— ¿Después de los resultados de la evaluación de los programas sociales podríamos hablar de desaparición, fusión o incremento de ellos?
Lo que identificamos desde el ministerio es que una vez que se realizan las evaluaciones uno puede identificar que el programa puede pasar a ser política pública, por ejemplo. Se  puede identificar que se requiera ajustes por términos operativos o en términos de gestión.

— ¿Qué significa que un programa se convierta en política pública?
Por ejemplo, si en un programa de alimentación escolar como Qali Warma, donde se cumple con un derecho, se tienen  resultados positivos y se está llegando de manera universal, podría dejar de llamarse programa social y pasar  a formar parte de todo lo que implica la atención al niño en la escuela. […] Hay factores que condicionan los logros de aprendizaje. Entonces, si se demuestra que Qali Warma contribuye realmente a la atención en clase y por lo tanto eso suma, aunque haya logros de aprendizaje, se convierte en política pública con el paso del tiempo.[…] Los programas  sociales no están creados para quedarse en el tiempo. El mayor logro de un programa social es que en algún momento desaparezca porque quiere decir que las condiciones que se tenían en un momento determinado para tener un programa ya no están. 

Lee la entrevista completa en la edición impresa de El Comercio.